GUERRERO, México (AFP-NA). México espera que la detención del exalcalde de Iguala (sur) y su esposa, considerados los autores intelectuales de los ataques a estudiantes en septiembre que acabaron con 43 desaparecidos, ayude a esclarecer la suerte de los jóvenes.Indignados por la falta de noticias de los chicos a más de un mes de su desaparición, los familiares protagonizaron ayer una nueva marcha multitudinaria de estudiantes universitarios en la Ciudad de México.Esta manifestación supone el arranque de tres días de huelgas, protestas y marchas universitarias que se sumarán a las numerosas protestas de las últimas semanas en todo el país para exigir justicia.Antes de encabezar esa marcha, un grupo de padres de las víctimas, alumnos de la combativa escuela de magisterio de Ayotzinapa, se desplazó la tarde del martes a la capital para recibir información de primera mano de la fiscalía a raíz de la crucial detención del exalcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa, María de los Ángeles Pineda, en la madrugada del martes.Conocidos como “La pareja imperial” de Iguala por su poder y ostentación forjado en un emporio joyero, los prófugos Abarca y Pineda fueron detenidos por policías federales en una vivienda del popular barrio de Iztapalapa.La pareja empezó a rendir declaración ante la fiscalía general a altas horas de la madrugada del martes, sin que se hayan conocido hasta el momento el contenido de sus esperadas revelaciones.Una joven llamada Noemí Berumen también fue detenida en el operativo por supuestamente haberlos ayudado a esconderse.“Espero que esta detención contribuya al esclarecimiento de la investigación”, manifestó el presidente Enrique Peña Nieto sobre la pareja acusada de colocar el poder público de Iguala al servicio del cártel local Guerreros Unidos.Los hasta ahora fugitivos más buscados de México, huyeron de esa importante ciudad del empobrecido y violento estado de Guerrero cuatro días después de los ataques.La fiscalía cree que Abarca ordenó a sus policías que reprimieran a los estudiantes la noche del 26 de septiembre por temor a que sabotearan un evento oficial encabezado por su esposa, que pretendía suceder a su marido como alcaldesa en 2015.Al menos 22 policías de Iguala, una ciudad de 140.000 habitantes a unos 200 km del DF, están detenidos acusados de disparar a los jóvenes y entregarlos después a los Guerreros Unidos.Las autoridades no han reconstruido lo que sucedió a partir de este momento aunque, por declaraciones de otros detenidos, temen que los jóvenes desaparecidos fueron asesinados y enterrados.





Discussion about this post