WANDA. Hace cuatro años Lidia Aquino (41) viajaba en auto con su esposo José Luis Tormes, su hija Valeria y una amiga, y su bebé Benjamín, de tres meses. Iban hacia Puerto Iguazú. Era un viaje tranquilo. De repente un auto que venía zigzagueando los chocó en el costado derecho Lidia quedó inconsciente. Su hijo falleció a causa de politraumatismo de cráneo.Desde ese día todo cambió. La pérdida de su hijo sin dudas es irreparable, pero esta familia logró hacerse de fuerzas para luchar y poder evitar que este tipo de siniestros viales sigan ocurriendo.“Perdimos a nuestro hijo por culpa de una persona que estaba bebiendo. No fue un accidente”, dijo Lidia. Este hombre de unos 50 años y de origen entrerriano también murió a causa de las heridas sufridas en la tragedia que él mismo provocó.Unirse para superar el dolorMuy cerca de la casa de Lidia vive Norma, quien en 2008 sobrevivió a una situación muy parecida: viajaba con su familia y en la zona del límite con Puerto Esperanza chocaron. Su hijo murió. En 2013 ambas comenzaron a reunirse y fundaron Estrellas Amarillas Wanda que se oficializó en mayo de este año. Son unas doce personas las que participan en este grupo que busca concientizar a toda la comunidad sobre los riesgos de manejar alcoholizado. Así, pintando estrellas, en las calles para recordar a sus familiares y llamar la atención a toda la comunidad, intentan día a día cambiar esta cultura de un tránsito violento y salvar vidas, logrando que cada vez más personas usen casco o respeten las velocidades máximas.“Vimos en el diario la campaña Estrellas Amarillas Posadas que impulsa María Elena Magri y viajamos a Posadas a reunirnos con ella. En junio nos visitó el fundador de Estrellas, Julio Ambrosio”, dijo a PRIMERA EDICIÓN. Un relato queenmudece“Nos llaman de escuelas secundarias de Wanda, Mado y Esperanza. Cada quince días más o menos damos charlas con estudiantes de 3º a 5º año”, dijo Lidia. “Les contamos lo que pasamos nosotras, cómo ese día cambió nuestras vidas totalmente. Los chicos quedan en silencio por un rato. Muchos nos agradecen porque dicen que hay cosas referidas a normas de tránsito que ellos no conocían”, agregó. En ese sentido, el aporte que realizan sin dudas ayuda a salvar muchas vidas.Apoyo municipalLidia destacó el apoyo que reciben de parte del intendente Jorge Frowein. “Se están haciendo más controles durante la noche, los fines de semana en la costanera, también se promueve el uso de casco”, destacó la mujer. Hasta el día de hoy han pintado 31 estrellas amarillas en las calles y rutas. “Sentimos que algo cambió en la ciudad. Nosotros ya perdimos a nuestro hijo, no queremos que otras familias pasen por lo mismo, por eso damos estas charlas en las escuelas y siempre recalcamos que la educación vial se aprende en la casa, en el día a día, cuando el hijo ve cómo el padre y la madre se manejan en las calles”, manifestó.Indicó que entre los integrantes de Estrellas Wanda, también hay colaboradores que no han sufrido la pérdida de un familiar en un siniestro de tránsito. No obstante, se acercaron al grupo a brindar su aporte y conocimientos porque entienden que es un problema de todos. Se trata de un abogado y un psicólogo que brindan su experiencia profesional de manera desinteresada para contribuir a esta causa.Junto a Magri, los integrantes de Estrellas Wanda participarán en el 3º encuentro Nacional Estrellas Amarillas organizado por la fundación Laura Cristina Ambrossio Battistel en Córdoba, del 14 al 16 de noviembre. Una condena muy baja y una pena tan grandeCon indignación nos enteramos que la semana pasada a la “Hiena” Barrios le bajaron la condena, pese a que en 2010 produjo la muerte de una joven de 20 años embarazada en Mar del Plata.Así, tan fácil, de los cuatro años de prisión a los que fue condenado por chocar y matar, sólo deberá cumplir tres años y siete meses. Y en lugar de esperar ocho años, en siete podrá volver a conducir.Ema Cibotti, presidenta de la Asociación civil contra la violencia vial (Activvas) reflexiona sobre los procedimientos y condenas a quienes atropellaron y mataron. “¿Por qué el Código computa el delito por la intención de quien lo comete y no por el resultado que provoca el autor con su acción? ¿Cómo se tutela entonces el derecho a la vida y a la integridad física de las personas?”, se pregunta en una columna publicada en el diario La Nación.También cuestiona las estadísticas oficiales, explicando que ha habido casos en que los familiares han tenido que insistir a los jefes policiales que registren la víctima fatal porque no lo han hecho, y eso condiciona su seguimiento judicial. “Frente a cada crimen vial, el Código nos responde lo mismo: no había intención, no hubo dolo. Nuestros argumentos para explicar que no se trató de un accidente, que quien conducía era un violento al volante pues iba alcoholizado y/o superaba la velocidad permitida y/o cruzó en rojo sólo harán sonreír al legislador/a, al operador judicial, al funcionario que nos atiende”, sostiene Cibotti. Porque lo cierto es que los funcionarios siguen sosteniendo que “nadie sale con el auto a matar”. “Y aun cuando la ley hoy admite algunas pocas penas de cárcel efectiva para hechos viales culposos agravados, los jueces no las aplican casi nunca, los tribunales las rechazan”, resalta. Sin dudas estas cuestiones ponen en evidencia el valor de la vida para el sistema penal. Mi hijo también cruzará la calle Por Lara [email protected] Lo gesté durante 40 semanas en mi panza, lo acuné, lo cuidé de sus resfríos, le dí de mamar, le hablé con cariño para calmar su llanto, lo aplaudí cuando dio sus primeros pasos, me reí con él cuando jugábamos, festejé su primer año, le prometí un mundo bonito. Hice y hago tantas cosas, como muchos padres hacen por sus hijos todos los días, y ellos crecen, cumplen años, otro año, otro año.Y realmente no tiene ninguna lógica que así, de la nada, por una tontera, por alguien que cruzó con su ego montado en camioneta y dobló sin mirar, por otro que se emborrachó e igual manejó, que así, “sin querer” mi hijo ni el de ninguna otra madre muera en las calles.Es necesario que reflexionemos sobre lo inseguras que son nuestras calles y rutas. Pasa por una cuesti&
;oacute;n de estructura, pero también por una cuestión de actitud.Viajemos con tranquilidad. Así seguro vamos a llegar a destino. Muchos ya murieron y este año las cifras serán mucho más altas que las del año pasado. Estamos obligados a reflexionar y optar por una actitud más pacífica al manejar. Sin dudas nuestros hijos nos lo agradecerán.




Discussion about this post