El discurso que pronunció la presidenta Cristina Kirchner, el martes pasado, luego de que se conociera la decisión del juez Thomas Griesa de Nueva York de declarar “en desacato” a la Argentina por haber dispuesto una nueva sede para el pago a los bonistas, resultó más que inflamable no sólo en relación a la disputa con los holdouts y las tensiones con el gobierno norteamericano; sino que repercutió en el corazón mismo del gobierno kirchnerista.Las alusiones a las filtraciones non sanctas desde adentro del BCRA, avisando a las “cuevas” financieras de la llegada de inspecciones, como también a la inacción de ese organismo frente a los miles de expedientes acumulados sobre presuntas irregularidades cometidas por entidades financieras, obligaron al titular del BCRA, Juan Carlos Fábrega, a renunciar de inmediato y hacer las valijas junto a los dos funcionarios nombrados por él en el organismo.El nombramiento en su lugar de Alejandro Vanoli, hasta ese momento titular de la Comisión Nacional de Valores (CNV), quien sólo un día antes había inaugurado la ley de reforma que incrementó la capacidad punitiva de ese organismo con una suspensión a la financiera del Banco Mariva, acusada de maniobras especulativas con operaciones de “contado con liqui”. Ya como titular del BCRA, Vanoli tomó la decisión de hacer frente a la baja de las tasas de los plazos fijos en pesos, que los bancos empezaron a bajar gradualmente a mediados de año, con una resolución que obliga a los bancos, a pagar una tasa cercana al 23% a partir del mes próximo para los plazos fijos que (hoy recibían una tasa de 17 o 18%) no superen los 350.000 pesos. La medida presentada como de “protección al pequeño ahorrista”, da cuenta de la política que seguirá el nuevo titular de la entidad rectora en materia monetaria; quien buscará frenar la escalada contra el peso de las últimas semanas y tratará de poner freno a la fuerte tendencia a la dolarización. El recambio, de esta forma, resulta en una alineación de la política monetaria con la política económica que conduce el ministro Axel Kicillof, hoy por hoy, la voz más influyente en el entorno de la presidenta y con un poder en ascenso; ampliado en este capítulo de descabezamiento de la conducción monetaria con la colocación de Cristian Alexis Girard, un hombre de su confianza, en la CNV y de Germán Feldman en la vicepresidencia del directorio del BCRA.“Resultados inciertos”La designación de Vanoli, en tanto, fue cuestionada por diversos voceros del sistema financiero y del sector económico; entre ellos la Fundación Mediterránea que alertó sobre una política que incrementaría la emisión monetaria con “resultados inciertos” y que acentuaría los efectos negativos – a su juicio- de la reforma de la Carta Orgánica del BCRA de 2012, a partir de la cual el Central “perdió independencia del poder político y del Ministerio de Economía”.La caída de Fábrega da por terminada la política de conciliación con el sector financiero que el Gobierno kirchnerista intentó con su designación, y expresa un doble fracaso. Por un lado no hubo forma de conciliar las tendencias opuestas en las gestiones de Fábrega y Kicillof; y por el otro el primero de los nombrados no pudo lograr, luego de un comienzo promisorio, frenar las presiones devaluatorias. El recambio, en este sentido, habría sido acelerado por la tensión cambiaria coincidente, a su vez, con la restricción en la entrada de dólares por -entre otros factores- la liquidación de la cosecha de soja. Este año, en julio, se había liquidado sólo un 50% de la campaña 2013-2014. Cuando, por ejemplo, en la campaña 2010-2011 a la misma fecha se había liquidado el 78% del total. Con Vanoli, más allá de las críticas que despierte su orientación; la gestión kirchnerista gana en cohesión y coherencia, un dato nada despreciable en un momento en que el termómetro de cualquier decisión es la campaña electoral subyacente, que se apresta a entrar en una curva sin retorno. El kirchnerismo, que se juega un ciclo de más de diez años en el poder, reafirma con el cambio en la conducción monetaria su decisión de “ir por más” y pelear la sucesión presidencial al borde del abismo. Todos los ojos en el mundo político, por otra parte, se mantendrán fijos hoy en las elecciones de Brasil, donde el PT se juega también una larga estadía en el poder en su apuesta a la reelección de Dilma Rousseff. Los resultados de la elección en Brasil no sólo son importantes como señal de la tendencia que enfrentarán los gobiernos de signo progresista de la región, entre ellos el de Cristina Kirchner; sino que tendrían una inmediata repercusión en el Mercosur, al que Brasil pondría puntos suspensivos en caso de ganar la hoy segunda en las encuestas, Marina Silva. Marchas y contramarchasEl conflicto sobresaliente en el escenario misionero, por su parte, sigue siendo la protesta del sector empresario y comercial contra el controvertido pago a cuenta de Ingresos Brutos que aplica desde 2007 la DGR misionera. El jueves, el bloque oficialista de la Legislatura dio por tierra con el proyecto que había presentado la oposición pidiendo una suspensión y eventual replanteo de la resolución que instauró el discutido anticipo, que pagan los proveedores de los comercios locales, y que en el sector comercial se califica de “aduana paralela”.El rechazo del bloque legislativo mayoritario a la suspensión de esta normativa y al debate integral de la política fiscal que pretendía abrir la oposición, en consonancia con las cámaras del sector privado; se anticipó el martes pasado en una reunión de todos los sectores, que propició el propio oficialismo. La postura, además, era más que previsible dada la estrecha relación entre la política fiscal que impulsa y conduce el titular de Rentas, “Pimpy” Thomas, desde hace doce años al frente del organismo recaudador; y el titular de la Legislatura. Rovira, en la sesión ordinaria del jueves último, mostró su indiferencia ante las críticas por la presión fiscal, a juzgar por su decisión de abandonar el recinto en pleno debate -cuando exponían los diputados de la oposición- para reunirse a puertas cerradas con su candidato “in péctore” a la Gobernación, Hugo Passalacqua. El estrecho vínculo entre Rovira como conductor de la renovación y Thomas como cabeza de l
a política en materia fiscal es, visiblemente, el núcleo de hierro del “modelo misionerista” del actual Gobierno provincial. El malestar de los comerciantes por los excesos de la autoridad fiscal refleja una realidad objetiva en una situación crítica del mercado de consumo. Por ello, desde la CCIP, usina del reclamo centrado en Posadas, salieron a anunciar una marcha de protesta para el miércoles próximo; reacción que complica y preocupa al Gobierno. Ante ello el gobernador Closs sugirió “revisar algunas cuestiones”, y en especial las multas desproporcionadas que aplica la DGR, la principal preocupación del comercio.La movida de los comerciantes puede llegar a empalmar con una nueva protesta de los pequeños productores yerbateros, quienes se declararon “en estado de alerta y movilización”, y también el miércoles se concentrarán en el emblemático cruce de San José, descontentos por la imposibilidad de arribar a un consenso sobre el precio de la materia prima en las infructuosas reuniones del directorio del Inym. En cuanto a los posicionamientos políticos hacia 2015, aunque intensos, transcurren más que nada tras bambalinas. En el oficialismo el consenso alcanzado por la precandidatura de Passalacqua a la Gobernación, parece descartar de antemano las aspiraciones eventuales de otros dirigentes. Al eldoradense Alex Ziegler, quien asumió una postura desafiante tras los votos obtenidos en la última elección, no le quedan alternativas de imponer sus aspiraciones si no es por fuera del FR; opción que activó los rumores de que desde el massismo se le habría ofrecido la candidatura a gobernador, ya que Ramón Puerta, según esta misma especie “se conformaría” con volver a ocupar una banca de diputado nacional. En tanto, hubo críticas al diputado nacional en Eldorado porque, presuntamente, habría intentado colocar a un hombre de su confianza para llenar la vacante en la Justicia federal en esa localidad, y como no logró su propósito “se lavó las manos y dejó que el cargo lo termine ocupando alguien relacionado al entorno del juez Oyarbide”, explicó una fuente, según la cual la designación causó revuelo en la localidad. El Comité Provincia de la UCR, finalmente, salió a la palestra con una polémica convocatoria a elecciones para los comités comunales que encubren, aparentemente, una jugada política del damianismo.





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