CIUDAD DEL VATICANO, Santa Sede (Agencias y diarios digitales). El Papa destituyó ayer al obispo de la diócesis paraguaya de Ciudad del Este, el conservador Rogelio Livieres, involucrado en una serie de escándalos de pederastia y malos manejos financieros, una decisiónsevera que marca el pontificado del argentino Francisco.La destitución del obispo paraguayo fue anunciada en una breve nota oficial, en la cual el Papa explica que se trató de una “ardua decisión” tomada por “razones pastorales”.La remoción de Livieres fue decidida “después de un cuidadoso examen de las conclusiones de las visitas apostólicas efectuadas por la Congregación para los Obispos y la Congregación para el Clero”, subraya la nota, que evita mencionar los escándalos y las acusaciones contra el controvertido obispo Livieres, miembro del Opus Dei.La apertura de un seminario con una orientación más conservadora por parte de Livieres y sobre todo la defensa de uno de sus mayores colaboradores, el sacerdote ultraconservador argentino Carlos Urrutigoity, ordenado por el movimiento lefebvrista y denunciado en Estados Unidos por pederastia, irritaron a un sector de la Iglesia católica paraguaya.En julio pasado el Papa terminó por enviar una comisión encabezada por el cardenal español Santos Abril y Castelló tras las peleas públicas entre obispos y las acusaciones contra Livieres de encubrir la pedofilia de su protegido así como de hacer uso impropio de recursos.La crisis dentro de la Iglesia paraguaya se agudizó cuando el obispo Livieres tildó de “homosexual” al arzobispo de Asunción, Pastor Cuquejo, quien pedía la apertura de una investigación contra su colega por las denuncias de pedofilia contra Urrutigoity.El sacerdote argentino, acusado de acoso sexual en el 2002 por estudiantes de una escuela de Pensilvania, en Estados Unidos, fue enviado a realizar terapias específicas en Canadá y en 2006 la Iglesia estadounidense indemnizó a los afectados con 400 mil dólares, según medios de prensa de ese país.El pasado oscuro del sacerdote argentino, quien fue trasladado en 2004 a Paraguay, desempeñando el cargo de “Vicario General” o “Vicario para la Juventud” en la Diócesis de Ciudad del Este, ha sido seguramente una de las mayores razones de los enfrentamientos internos. En el comunicado, el Vaticano informa que el Papa decidió nombrar como sucesor a monseñor Ricardo Jorge Valenzuela Ríos, obispo hasta ahora de Villarrica del Espíritu Santo.Por su parte Cuquejo presentó su renuncia ante el Pontífice hace unos días, al haber alcanzado el límite de edad de 75 años.En la nota, Francisco pide “al clero y a los católicos de Ciudad del Este” que acojan la decisión de la Santa Sede “con espíritu de obediencia, docilidad y sin desavenencias”.Livieres, quien se encuentra en Roma, se reunió con el prefecto de la Congregación para el Clero, el cardenal Marc Ouellet, y aspiraba a ser recibido por Francisco. Medios paraguayos afirmaron que ayer envió una carta a su país en la que advierte que el papa Francisco “tendrá que dar cuentas a Dios”.Según fuentes religiosas, el Papa había pedido la renuncia a Livieres, quien se negó a presentarla, por lo que terminó por destituirlo, una fórmula inusual en el Vaticano. La decisión de Francisco ocurre dos días después de que ordenara la detención domiciliaria del exnuncio en República Dominicana, el polaco Josef Wesolowski, acusado de pedofilia. Francisco prometió “tolerancia cero” con los curas pedófilos y la destitución del controvertido obispo paraguayo por encubrimiento es un gesto revelador de su nueva línea de conducta.La mano dura de Francisco ante los escándalos de la Iglesia continuará con otros dos casos, según apuntaron ayer los medios de comunicación italianos. El propio Francisco, en su vuelo de regreso de Tierra Santa, ya aseveró que no habría “privilegios” para los religiosos acusados de estos delitos y adelantó que había tres obispos que estaban siendo investigados.Además del exnuncio, que tendrá que afrontar un juicio en el Vaticano, los medios italianos aseguran que los otros dos prelados investigados son el obispo de Iquique, en Chile, Marco Órdenes Fernández, y el obispo auxiliar de Ayacucho, en Perú, Gabino Miranda Melgarejo. Órdenes Fernández fue destituido por Benedicto XVI después de una denuncia por abusos sexuales a un menor, mientras que Gabino Miranda, miembro del Opus Dei, fue destituido el año pasado también por acusaciones de pederastia.





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