BUENOS AIRES (NA). Familiares de los cuatro argentinos que navegaban en un velero y quedaron a la deriva e incomunicados en medio de una tormenta en alta mar, a la altura del estado de Río Grande do Sul, hace casi una semana, viajarán en las próximas horas a Brasil para sumarse a las tareas de búsqueda.Además, se mostraron optimistas respecto a que los náufragos hayan podido armar un aparejo de emergencia para navegar y estén cerca de la costa.Los cuatro tripulantes de la embarcación desparecida desde el pasado miércoles son Jorge Benozzi, Horacio Morales, Alejandro Vernero y Mauro Cappuccio.Isabel, esposa de Vernero, confirmó ayer que en las próximas horas viajará rumbo a Brasil su hijo Tomás. También mencionó que posiblemente viaje Giovanna, hija de Benozzi y esposa de Mauro Cappuccio. “Es posible que hayan armado un aparejo de tormenta para seguir navegando. También tenían una balsa salvavidas, pero no creemos que estén en ella”, indicó la mujer de Vernero. Lejos de perder la esperanza en que los náufragos sigan con vida, comentó: “Es muy difícil que un velero se hunda, por eso pensamos que están cerca de la costa”. “Ayer (por el domingo) la Armada brasileña empezó a buscarlos más cerca de la costa”, agregó.Por otro lado, se intensificó en las últimas horas el operativo de búsqueda para hallar con vida a los cuatro náufragos. El domingo zarpó de la Base Naval Puerto Belgrano, la corbeta ARA Gómez Roca -dependiente del Comando de la Flota de Mar, del Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada- para colaborar en las tareas de búsqueda y rescate. En tanto, el remolcador Tritão, de la Marina brasileña, y la corbeta ARA Rosales, de la Armada Argentina, continuaban en la zona con las tareas de rastrillaje. También el área era sobrevolada constantemente por aviones que ya sumaban ayer unas 100 horas de vuelo. El drama se inició el pasado martes, cuando el velero se declaró en emergencia y desde entonces nunca más hubo comunicación con la nave. Todos se encontraban a bordo de la embarcación “Tunante II”, de 12 metros de largo, afectada por un temporal con vientos de más de 70 kilómetros por hora y olas de hasta seis metros de altura. La última vez que fue vista la embarcación fue el pasado miércoles, cuando fue avistado por el buque mercante noruego Selje. Desde entonces, su paradero así como el de su tripulación es un misterio.





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