POSADAS. Mientras decenas de tareferos continúan esperando la voluntad de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses) para que accedan a pagarles las asignaciones descontadas en los últimos años, los testimonios de familias que sólo están pidiendo para el pan de cada día no hacen más que mostrar la otra cara de la provincia y la triste realidad de muchos hogares misioneros. Familias enteras, que están dependiendo de la Justicia para cobrar mucho dinero que se les descontó compulsivamente, expresaron sus aflicciones por la situación que están viviendo, en una instancia donde además cinco de ellos decidieron realizar una huelga de hambre como una medida extrema.La solidaridad de muchas personas que se sintieron identificadas con la causa se hizo ver en las últimas horas en el lugar. Tal es el caso de Juan Ramón Gauna, que también acompañó a los trabajadores rurales desde el sábado en la vereda de la Anses. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, contó que él nunca realizó el trabajo de tarefa en la chacra, sin embargo sintió el deseo de permanecer en la huelga de hambre junto con los tareferos, por luchar con ellos en la causa. “Todos ellos son mis amigos y vamos a apoyarlos hasta las últimas consecuencias”, dijo el hombre que acompañaba la protesta de los trabajadores rurales.Juan Ramón es discapacitado, pero se hizo presente en el lugar “para darles fuerzas a mis compañeros, que en su mayoría dejaron sus hijos para venir a reclamar por lo que se les robó”.Durante una semana vinieron caminando desde Montecarlo (alrededor de 180 kilómetros de la capital provincial). “Esos días comimos y dormimos por la ruta, vinimos seguros de reclamar todo con respeto, porque lo descontado es de ellos, de sus hijos. No es justo que haya que llegar hasta estas instancias para que se haga justicia en nuestra sociedad”, expresó el hombre que en todo momento estuvo acompañado también por su esposa. Juan Maidana, secretario general del Sindicato de Tareferos de Montecarlo, expresó su tristeza y definió la lucha como “una amargura. Es triste estar acá, sabiendo que tenemos derecho, sabiendo que trabajamos toda la vida y lo más triste es ver a esas familias hacer tantos kilómetros y que se hagan oídos sordos para cumplir con las medidas de la Justicia. Ya no confiamos en la Anses porque muchas veces intentó negociar, pero pagando sumas que no correspondían”. Y añadió: “No tengo idea de cuánto es lo que se nos debe en total, porque algunos fueron víctimas de cinco años de descuentos, otros de nueve meses y así muchos son los que hoy necesitan cobrar lo que se les quitó injustamente”.Los afectadosDe acuerdo a lo dicho por Maidana, se trata de alrededor de 114 trabajadores rurales los que están dentro del litigio judicial y que deberían cobrar lo que se les descontó sin sostén jurídico. Ramón Piñeiro es otro de los afectados por los descuentos. Impotente frente a la realidad, sostuvo que “estamos todos cansados por la caminata que hicimos desde la semana pasada, pero estamos firmes en nuestros reclamos. Hoy sólo nos resta decir que estoy muy agradecido con muchas agrupaciones que nos apoyaron desde un principio. El solo gesto de acompañarnos es para nosotros muy importante, porque significa que entienden nuestro reclamo”, agradeció el tarefero, quien explicó que la decisión de hacer una huelga de hambre se tomó como una medida extrema porque “ya no le creemos a este Gobierno. En la primera instancia, cuando el juez ordenó, ellos apelaron en contra”, reprochó. Ahora, con un segundo fallo a favor de los tareferos, en la instancia de negociación hubo ayer intensas gestiones y reuniones a fin de lograr destrabar los pagos que den por finalizada la lucha. “Están decididos a quedarse”, aseguró RivasFue una jornada intensa. De muchas reuniones donde -de palabra- fueron surgiendo compromisos que serían importantes si se concretan en papeles, en hechos. Entre esas gestiones, una abogada de la Anses ratificó que no recurrirán a la Corte Suprema de Justicia, última instancia a la que se podría apelar en los próximos diez días a contar desde ayer.Los tareferos solicitaron también una audiencia con el Gobernador, a quien se pide apoyo político para que la Anses defina en ese ámbito (el político) el pago respectivo. Según la abogada de los tareferos, Roxana Rivas, “en principio, de palabra, sabemos que la intención es pagar y ahora quedaron en ‘controlar’ las planillas de cálculo de pagos, pero sin plazos”, explicó la letrada.También se reunieron con el ministro de Hacienda de la provincia, Adolfo Safrán, de quien obtuvieron un compromiso de mediación y acercamiento con la Nación.“La idea es resolver la situación de todos, no solo de los catorce que tienen este fallo de segunda instancia”, ratificó la abogada Rivas.Advirtió que “nadie se irá sin respuestas concretas. La gente esta decidida a quedarse, al punto que hay cinco tareferos en huelga de hambre”.Respecto a los pagos, Roxana Rivas explicó que ”depende de la cantidad de hijos, si era peón general o tarefero en la categoría”. Y citó ejemplos de los números que analizaron: tareferos con dos hijos debería cobrar 22 mil pesos. Un peón con dos hijos, 36 mil. Incluso “hay un caso de un tarefero con diez hijos al que le corresponderían 100 mil pesos. Pero el promedio es de 30 mil. Durante el fin de semana los trabajadores, junto a sus asesores, confeccionaron las planillas de liquidación para entregar al organismo, que ahora analiza caso por caso.





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