POSADAS. Precarias instalaciones eléctricas, chapas cubiertas de remiendos, paredes rajadas, plásticos y carpas que intentan cubrir las numerosas goteras, son sólo algunos de los elementos que a simple vista dejan al descubierto el estado de abandono que presenta el Mercado Modelo “La Placita”, un emblemático edificio construido hace más de 40 años que fue declarado Patrimonio Histórico y alberga a unos 300 puesteros. Y esa misma situación es la que de alguna manera enfrenta a los comerciantes al momento de definir su incierto destino. Buena parte de ellos, los que padecen a diario el avance de la humedad y deben deshacerse de mercaderías que se echan a perder, piensa que un traslado implicaría erradicar el problema de raíz, aunque entiende que las obras demandarían mucho tiempo. Otro grupo, un poco menos castigado, entiende que debe quedarse para preservar las fuentes de trabajo y porque concibe este espacio como propio ya que muchos de los puestos fueron pasados de generación en generación. Sentada dentro de su ropería de la planta alta, María Eva Duarte se presenta como delegada y como “defensora incondicional de esta gran fuente de trabajo”. De hablar pausado, considera que “éste es el lugar indicado para que sigamos estando, por la sencilla razón de que es una de las fuentes de trabajo más grandes de la provincia. En épocas de campaña esto es un caballito de batalla para muchos candidatos. Todos pasan por acá para explicar su propuesta”.Entiende que el lugar es turístico y “muy deseado por muchos grandes comerciantes que de pronto se manifiestan en contra de nosotros porque aducen que somos mala competencia. Y eso no es así”.Según su punto de vista “no se realizan mejoras porque hay gente de todos los niveles económicos. Muchos no entienden que hay que conservar el trabajo y hay que pagar los impuestos. A través del Sindicato de Vendedores Ambulantes de la República Argentina (Sivara) mucha gente está cambiando de idea, entendiendo que hay que tributar regularmente”.Admitió que el grave problema “que tenemos es que los techos están destruidos y llueve dentro de los locales porque es un edificio viejísimo. Estamos viendo quién se puede hacer cargo, porque las pocas mejoras que se efectuaron las hicieron los locatarios”.Oídos sordos“Pedimos a la comuna, al Gobierno provincial, al nacional, que se acuerde de nosotros porque tributamos como cualquier comercio. Somos comerciantes como cualquiera de los del centro de la ciudad. Aunque creo que de tanto caminar y pedir, las autoridades están tomando conciencia de que tienen que dar una mano a este edificio. Acá vamos a seguir luchando hasta la muerte. Y como dije en su momento, de acá me van a sacar muerta en el supuesto caso que decidieran trasladar. La del arreglo, es una lucha que lleva 30 años”, explicó Duarte. Luego agregó que “hubo un momento en el que estuvimos todos de acuerdo, pero de promesas la gente se cansa, y nuestras autoridades tienen la gran virtud de prometer y no cumplir. Vamos a reuniones, venimos con la ilusión, lo manifestamos a los compañeros, y no llegan las respuestas. Nosotros quedamos mal y la gente se cansa. Y eso hace que estemos todos divididos”, destacó Duarte, cuyos abuelos se iniciaron como comerciantes en la década del 60, cuando la placita funcionaba en la plazoleta situada sobre Roque Pérez entre Buenos Aires y Félix de Azara. “Desde allí venimos transitando la vida con esta fuente de trabajo. Con el transcurrir del tiempo esto fue cambiando muchísimo y fue cambiando también en cantidad de trabajadores. Viendo todo esto, es fundamental mantenerlo”, señaló. A su entender, los que se quieren ir no alcanzan el 5%. “A las personas que se quieren ir les dijimos que lo hagan pero que no quieran involucrar a todos. Somos mayoría los que queremos seguir estando acá pero el que se quiere ir está en todo su derecho. No podemos obligarlo a quedarse pero que le deje ese lugar a otras personas que quieren seguir estando acá”. De acuerdo a su relevamiento, el lugar más difícil es el sector al que se ingresa desde calle Sarmiento, por la verdulería. “Esa gente sufre muchísimo cuando llueve. Hace años que tenemos aprobadas compras de artículos para que se arregle, pero la Municipalidad no da respuesta. Vinieron ingenieros, recorrimos, planificamos, pagamos arquitectos para que nos hagan planos, y los presentamos, pero nunca llegó la respuesta. Lo más triste es que tenemos entendido que desde la Nación varias veces mandaron fondos para que se solucione el problema”. Insistió con que este lugar es emblemático y que no hay un solo artista que venga a Posadas y no pase por acá. “Hace poco estuvieron Emilio Dissi, Iliana Calabró, Nazarena Vélez, sin dejar de recordar a los expresidentes Fernando De La Rúa y Raúl Alfonsín. Es un lugar importante”, acotó.La sindicalista prometió seguir luchando “hasta que Dios diga basta. Esto se tiene que mejorar y lo vamos a lograr tarde o temprano. Soy una persona positiva y no me canso de pedir, caminar y golpear las puertas necesarias para lograr este objetivo”.A favor de la mudanzaLali Paulina Sanabria no demuestra el mismo optimismo que María Eva Duarte. Y su vestimenta negra aplaca aún más su apariencia. Sentada al costado de un largo pasillo, donde los olores de las plantas medicinales se mezclan con las del tabaco negro y el maní tostado, es una de las tantas que piensa que mudarse a una nueva “casa”, redundará en beneficios. Y refuerza su teoría al señalar que de 258 locales existentes, 187 propietarios firmaron a favor de la mudanza.Contó que en el año 2000 comenzaron a trabajar sobre la idea del cambio. “Hablamos con el municipio, se hicieron reuniones, y nos dijeron que cuando nos pusiéramos de acuerdo, presentáramos un material de soporte para que el proyecto se concrete. Armamos una carpeta con más de 50 fotografías que describen la terrible situación de la placita, con notas y firmas de los locatarios, y la remitimos. Luego, hizo una reunión y hubo discusiones con personas del piso superior que se niegan a salir. Entonces dijo que cuando nos pusiéramos de acuerdo fuéramos nuevamente a hablar. Fue ahí cuando nos dividimos. Los de arriba argumentaron que en nuevos locales pagarían más caro el impuesto”, dijo, al describir el panorama, mostrando imágenes de instalaciones eléctricas precarias, con cables pegados con cinta scotch y enormes orificios que quedaron tras colocarse aires acondicionados de distintos tamaños. Recordó que hace dos meses volvieron a realizar el reclamo, y presentaron de nuevo la documentación solicitada, con fotos y firmas de la gente, apoyando el cambio. Y siguen
esperando una respuesta.Contó que en octubre, antes de las elecciones, la llamaron desde la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) y le dijeron que sólo resta que el Ejecutivo Municipal se acerque y así iniciar la obra. “Teníamos una esperanza tremenda que para enero podría haber novedades. Está el dinero para la inversión y el lugar, falta la iniciativa para que esto salga. Estamos esperando. Pero tenemos miedo de que acá pase un desastre. Ya tuvimos problemas de fuego y estuvimos casi tres años en la calle. Si ocurre algo, volveremos a la calle”, remató.Al dar cuenta del peligro contó que el verano pasado saltó tres veces la térmica, y que si ocurre “algo de prepo”, más de 300 personas van a quedar en la calle. “Esperamos y necesitamos que se tome una iniciativa. La EBY dice que tiene el lugar en Trincheras de San José y Marconi, al lado de la placita del puente”, señala, y para contextualizar añade que “hay un árbol de mango que señaliza el lugar exacto”. Provisorio para siempre“Hace 38 años que tenemos pedido ese lugar, y la EBY nos lo cedió hace doce. Si nos cambiamos, vamos a estar más cómodos, no se van a mojar nuestras cosas. En mi caso, que vendo remedios, se humedecen y tengo que tirar, y como me pasa a mí, le pasa a muchos puesteros”, graficó, levantando la voz que perdía fuerza entre el tumulto.Manifestó que tienen prohibido arreglar los techos que “están todos agujereados” porque “no quieren que nadie se suba. Hace unos años la intendencia nos regaló membranas y la instalación eléctrica, pero con la intención de mudarnos en breve. Ahora esas membranas se levantaron y hay espacios abiertos por todos lados. Algunos tuvieron que poner carpas, plásticos, chapas de cartón. Esto cada vez se pone más feo y no podemos arreglar porque tenemos prohibido subir porque la losa es frágil como una tiza. Es por eso que necesitamos que tomen la iniciativa del cambio y todo lo que haga falta para que salga porque la EBY está dispuesta a darnos el lugar. Que antes de irse, los políticos piensen en la seguridad de la gente y la de los clientes. Siempre les digo que no esperen que ocurra un desastre para poner manos a la obra y hacer el edificio. Tienen que hacerlo antes. Encima acá viene gente de todo el mundo. Sería bueno que podamos estar más cómodos cuando llueve y que dispongamos de seguridad durante todo el día porque hay mucha inseguridad en nuestro sector”.Al referirse al nuevo proyecto, Sanabria expresó que se trata de unos locales situados a modo de espalda con espalda, con persianas, de cuatro metros de pasillos para que la gente que utilice silla de ruedas, cochecitos o traslade paquetes, pueda movilizarse sin problemas. Inicialmente contemplaba una playa de estacionamiento, líneas de colectivos, parada de taxis y un mayor número de locales porque hay rubros como verdulería, carnicería, florería, panadería, que aquí son inexistentes. Dijo que sus relatos están basados en la “experiencia y conocimiento” porque hace 35 años comenzó a trabajar en el mercado, en los comienzos, ayudando a su madre.




Discussion about this post