PARADA LEIS. Hay que hacer un largo camino después de Garupá para ingresar a Parada Leis. A este pequeño poblado misionero, que se abre paso entre caminos de tierra y esporádicas casas coloniales, le sobra lo que a las grandes ciudades le falta: el cantar de los gallos, el gusto transparente y sin contaminación del campo, el panorama verde alejado de las paredes de concreto. En ese cuadro, se erige el hogar de varones Padre Antonio Sepp, el mismo que tiene una larga historia ayudando a chicos que necesitan un techo.El hogar, que en la actualidad cuenta con 21 varones de entre 6 y 18 años, necesita de la ayuda y donación de las personas para continuar realizando, de la mejor manera, esta noble labor que lleva adelante. Piden lo que sea que ayude pero la lista comienza por alimentos no perecederos y hasta hacen el pedido a algunas carnicerías de la ciudad que quieran donar una ración de sus productos por mes. Ropa y calzados son necesarios, más con el invierno ya entre nosotros. “Por el momento que vivimos, todo lo que nos puedan donar sirve. Mucha gente nos manda ropa de niñas, que nosotros separamos y llevamos al hogar Santa Teresita, que no crean que se desperdicia, pero principalmente necesitamos ropa para varones”, le contó a PRIMERA EDICIÓN Rossana Conti, la presidenta de la Comisión Directiva del hogar. La institución recibe a “chicos a partir de los seis años, porque para que ingresen niños más pequeños necesitamos de una estructura que no tenemos. Entonces, llegan desde los 6 y se quedan hasta cumplir los 18. Pero hay casos en los que el chico tiene buenas posibilidades de seguir estudiando, entonces tratamos de encontrar una manera de seguir ayudándolo. Buscamos que de acá salgan con un oficio, con algo para defenderse en la vida, porque nos preocupa lo que van a hacer después. Es como tener 21 hijos”, manifestó Conti. Si bien quedarse en el hogar al cumplir los 18 es difícil, principalmente porque se siguen sumando chicos más pequeños, han existido casos excepcionales. Hubo un chico con retraso madurativo que se quedó hasta cumplir los 24 y luego se fue con su familia. “No podemos darle esta posibilidad a todos, porque las instalaciones no lo permiten y financieramente también es complicado. Lo que tratamos de hacer es conseguirle un trabajo, pagarle una pensión, tramitar un subsidio, hacer todo lo posible para que el chico continúe con una vida para seguir creciendo. Gracias a Dios los que se han ido están todos bien, seguimos teniendo contacto porque suelen venir. Esta fue su casa, se juntan entre todos y hacen un asado, una “raviolada” con los chicos que están, además visitan a los celadores que han sido como sus padres”, remarcó la presidente de la Comisión.Sus actividadesEl día dentro del hogar comienza temprano. Después del desayuno, en época escolar, los chicos que van a la primaria caminan unos 50 metros para asistir a la Escuela 631, que se encuentra en el mismo predio. “Los chicos están muy bien, la gente de la Comisión y los padres siempre se acercan a conversar y hay buena predisposición para resolver los inconvenientes que puedan surgir, siempre estamos dialogando”, subrayó Pedro Alberto Scromeda, el director de la escuela, y agregó “hay chicos que están atrasados, al llegar han perdido años de escolaridad, entonces nosotros tratamos de nivelarlos y promocionarlos”.Los chicos que concurren a la secundaria se dirigen hasta Santa Helena. “Después de ir a la escuela, hacen sus tareas, tienen algún momento para realizar deportes, o sino se entretienen con juegos de mesa, les gusta mucho el ajedrez y las damas, lo que es muy positivo. Gracias a Dios podemos contar hoy con un subsidio que nos permite tener una psicóloga, dos trabajadores sociales y una maestra integradora que nos ayudan a sobrellevar las problemáticas con las que vienen y ayudarlos”, agregó Conti. De dónde vienen…Todos llegan derivados de Defensoría por las más diversas problemáticas: niños maltratados que son sacados de sus hogares, algunos que se encuentran en situación de calle porque tienen padres alcohólicos, o que cambian de pareja, y también hay chicos huérfanos. Conti, afirmó que, “en algunos casos siguen teniendo relación con los padres y en otros no, muchas veces el juez prohíbe que se relacionen, generalmente cuando la situación en sus casas se torna violenta. También, si existe la posibilidad de ser adoptado, no puede tener relación con sus padres biológicos”, finalizó.El hogar Padre Antonio Sepp pide la colaboración de todos para continuar en el camino de ayudar a los varones que, por diferentes razones, se ven alejados de sus hogares.





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