RIO DE JANEIRO (NA). Es mediodía y hay más de 30ºC. El sol raja las piedras de las célebres calzadas de Copacabana. Pero tal es la veneración a la refrescante bebida en el país del fútbol que si pide una cerveza, llegará siempre “estúpidamente helada”, como gustan decir los brasileños.El fútbol (77%) y la cerveza (35%) son las dos mayores pasiones de los brasileños, según un sondeo encargado por Ambev, la mayor empresa de Brasil en valor de mercado. Los brasileños consumen hasta helado de cerveza.Y a pocos días del Mundial-2014, que se disputa en doce ciudades de Brasil desde el 12 de junio, un plan vuelve a unirlas para impulsar una causa común.La decisión del gobierno de Dilma Rousseff de aumentar los impuestos a la espumosa bebida -anunciada a 70 días del inicio del Mundial- cayó como cerveza aguada para muchos. Sin embargo, ante la difícil situación que se vive en Brasil, el Gobierno dio marcha atrás y decidió que los aumentos de precio de cervezas y gaseosas sólo serán válidos después de la Copa.




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