POSADAS. “Hola, hola. Un accidente, en la ruta 12 y San Martín. ¡Una ambulancia, urgente, por favor!”. Pedidos desesperados como este, llegan todos los días a la mesa operativa de la Unidad Central de Traslados (UCT) de Misiones y Línea 107 de esta ciudad.“Señora, dígame qué pasó. ¿Hay heridos? Dígame por favor el lugar exacto”, responde el telefonista. De inmediato hace sonar el timbre. El chofer y enfermero suben a la ambulancia y se preparan para salir. En promedio, demoran entre 5 y 10 minutos para llegar al lugar y brindar la atención requerida. “Adrenalina y máxima concentración”, gobiernan cada minuto desde que salen de la UCT hasta que llegan a Emergencias del Hospital Madariaga, para ingresar a el o los heridos que requieren atención. Sólo después de poner en manos de médicos y especialistas a los pacientes, respiran y llega una especie de alivio que dura hasta que vuelve a sonar el timbre de alarma. Sólo en Posadas y Garupá la Línea 107 interviene en unos 140 accidentes de tránsito por mes. “No hay día en que tengamos cero accidente de tránsito, todos los días hay”, destacó Verónica, coordinadora de la mesa operativa.El llamado desencadena la acciónLa mesa operativa de la UCT y Línea 107 se ubica en una oficina junto a la cochera donde permanentemente está apostada una ambulancia, lista para salir. Es el predio donde hasta hace pocos años funcionaba Emergencias del Madariaga.Durante las 24 horas, todos los días del año, tres operadores atienden las líneas rotativas y también los celulares que usan para comunicarse con los choferes de las ambulancias. Durante la visita de PRIMERA EDICIÓN a este lugar, Verónica, Walter y Ester prácticamente no tuvieron un minuto disponible para dialogar, ya que todo el tiempo están atendiendo las llamadas.Las que ingresan por la Línea 107 son para emergencias en Posadas y Garupá: accidentes de tránsito, atención domiciliaria o en vía pública, con casos con descompensaciones, heridos por alguna pelea, alcoholizados, etcétera. También reciben y coordinan derivaciones de un hospital a otro de la provincia (Red de Traslado de Misiones).Los datos clave“Qué pasó” y “dónde” son las dos preguntas fundamentales que hace un operador cuando recibe la llamada. En base a la primera se puede determinar el nivel de urgencia del llamado. No es lo mismo una persona con fiebre en su casa, que un herido por un accidente de tránsito. En cuanto a “dónde pasó”, los operadores piden no sólo la dirección, sino referencias para poder orientarse adecuadamente. “A veces pedimos a alguna persona que esté en el lugar del hecho, que salga hasta la avenida más cercana, para que podamos ubicarnos, porque hay barrios que no tienen carteles de las calles y es difícil orientarse”, dijeron. Otros datos que se solicitan son el nombre y apellido de la persona que llama y del paciente. “Estos datos son de referencia”, añadieron.“Mantenga la calma”Lógicamente los que llaman por una emergencia están muy desesperados. “Eso es entendible porque están en una situación de urgencia. Pero es importante que puedan mantener la calma y al llamar nos ayuden a conseguir los datos que nos permitan ubicar el lugar lo más rápido posible”, dijo Verónica. La regla de oro es: el que corta el teléfono o da por finalizada la comunicación es el telefonista de la mesa operativa. ¿Por qué? Porque en base a la experiencia puede definir si ya son suficientes los datos reportados por la persona que llamó o si todavía necesitan algunas precisiones. “Suele ocurrir que llaman, dicen la dirección y cortan y de esa manera nosotros no podemos tener precisiones de cómo llegar ni saber si es urgente o no, si la persona sólo tiene fiebre o está gravemente herida”, justificaron.En los casos de accidentes de tránsito, es importante que en el instante que ocurrió, los ciudadanos colaboren, no obstruyendo el tránsito y, sobre todo, llamando al 107. “Hay veces que se junta un montón de gente alrededor de los heridos y todos piensan que alguien llamó al 107, pero en realidad nadie lo hizo, y eso es una pérdida de tiempo que puede poner en riesgo al herido. El que ve, tiene que llamar, y no importa si a veces entran 2 o 3 llamados para avisar del mismo accidente. Es preferible que sobre y no que falte”, explican.Las llamadas engañosasSi bien la “moda” de algunos bromistas de llamar al 107 sólo para molestar ha descendido, los operadores siguen recibiendo falsas alarmas. “Generalmente son niños, y nos damos cuenta enseguida, porque se ríen o se escucha un cuchicheo. Pero también hay adultos que llaman. A medida que les vamos preguntando nos damos cuenta por el tono de voz o porque se quedan callados, que no es cierto lo que dicen”, indicaron. A pesar de todas las precauciones que toman, cada día tienen al menos dos o tres casos en que la ambulancia va al lugar y no hay nada, es decir, falsa alarma. “Les pedimos por favor que eviten hacer estas bromas porque cada vez que se atiende esta llamada o se acude al lugar, es tiempo que se pierde para atender otros casos que están ocurriendo en ese momento, y eso perjudica a todos”, explicó el doctor Martín Cesino, director de la UCT hace cinco años.Suena la alarmaSergio Mereles, enfermero, trabaja hace cinco años en la Línea 107. Toda su actividad profesional durante 21 años fue en emergencias.“Es un trabajo que requiere máxima concentración. Cuando suena el timbre, corro a la ambulancia, le pregunto al chofer qué tenemos, si es un accidente, si es una descompensación, si es pediátrico o adulto. Me coloco los guantes en el camino. Llegamos en 5 o 10 minutos, a veces menos”, explicó. En caso de un accidente vial, contó cómo se procede: “Me bajo con el collar -para inmovilizar el cuello- en la mano. Voy directo a la persona herida. Esa es mi prioridad. A veces hay gente que me grita, se enoja, llora, pero es como que en ese momento no escucho nada, porque voy al paciente. El chofer se baja y me ayuda, me trae las cosas que necesito, la tabla para subir a la persona a la camilla”. Suelen solicitar ayuda de las personas presentes. “La gente es muy solidaria, siempre se acercan para ayudar. Cuento con ellos, pero siempre el que sabe es el que tiene que dirigir qué hacer, indicarle cómo puede ayudar”, dijo.Las mayores satisfacciones de este trabajo, Mereles las encuentra en el reconocimiento tanto de los familiares de las personas socorridas como en la de los médicos. “Eso nos reconforta, lo mismo cuand
o viene un familiar y te dice, gracias por salvarle la vida a mi padre o a mi madre. Eso es emocionante”. ¿Lo triste? “Lo más desesperante para mí es que un niño se muera, como me pasó con el chiquito que cayó de la moto y el colectivo lo atropelló en 115 y ruta 12. Uno llega corriendo, hace todo lo posible para salvarlo y el chico no resiste. Eso nos golpea muy fuerte”, dijo Mereles, llamando a la reflexión a la ciudadanía, para evitar tantos y tan lamentables accidentes viales. Una red provincialLa Unidad Central de Traslados (UCT) funciona a metros del acceso de Emergencias del Hospital Madariaga en Posadas. Ocupa las oficinas donde anteriormente funcionaba la Guardia. Allí coordinan la Línea 107 de Emergencias, que cubre Posadas y Garupá; y la Red de Traslados de Misiones.En la Línea 107 trabajan 90 personas entre administrativos, enfermeros, médicos y choferes. Cuenta con 12 ambulancias: 9 de alta complejidad -una pertenece al Pediátrico- y 3 de media complejidad, que se usan para los traslados programados de pacientes que por ejemplo, deben ir al hospital a una sesión de kinesiología.El doctor Martín Cesino, director de la UCT desde 2009 explicó que “en base a la experiencia de trabajo elaboramos los mapas de riesgo y definiendo en qué lugares se estacionan cada una de las ambulancias”. De las de alta complejidad, una se encuentra en el Hospital Pediátrico; una en el CAPS 32 de Itaembé Miní, una en el Hospital Favaloro de Villa Cabello; una en CAPS 23 de San Isidro; una en barrio A 4; una en barrio Fátima; una en CAPS 10 de Garupá y 3 en la UCT destinadas a atender los casos del microcentro de Posadas -comprendido por Rotonda, ruta 12, costanera y centro- que es donde ocurren la mayor cantidad de casos.En la Red de Traslados, trabajan 400 personas. Hay 210 ambulancias: 95 son de alta complejidad -son como una terapia intensiva móvil; y 110 de media complejidad. Además hay tres ambulancias neonatales.





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