POSADAS. Hace más de diez años, un cronista de este diario se subió al colectivo de Joselo Schuap. Hacía poco que el Dino circulaba por la capital misionera y asombraba a los peatones y automovilistas, y comprobó in situ que lo que el artista profesaba no era lo que popularmente significa “chamuyo”. Joselo había llevado al periodista de PRIMERA EDICIÓN a un encuentro de los Sin Tierra de San Pedro, donde se estaban organizando más de 300 familias. No solo manejó toda la noche desde Posadas hasta la Capital de la Araucaria, sino que llegó, no durmió, participó de los foros y por la noche musicalizó con su guitarra y canto la jornada de amplitud hacia los Sin Tierra.Ese compromiso lo trajo desde que llegó desde ese mal denominado interior misionero, Leandro N Alem, y lo siguió y sigue manifestando. Se puede unir aquello de hace una década con el apoyo a los docentes reprimidos en el Puente de Garupá (fue el 5 de Marzo), el 24 de Marzo de este año, Joselo ese mismo día estaba contratado por el gobierno de Misiones, por el Día de la Memoria; pero se dio tiempo, por la mañana, de ir a abrazar a los docentes. Y cuánto río corrió bajo el puente.Ya han pasado alrededor de 20 años desde que llegó a Posadas desde la localidad donde se rinde culto a la cerveza. Y el cantautor ha ido dejando mojones tremendos para la música popular que se gesta en Misiones. Desde la Orquesta del Río Infinito al Todos por el Monte junto a Barboza, las patriadas en Cosquín pidiendo por los tarefereros y el agua, pidiendo que se frene el glifosato entre los tabacaleros y sus apoyos explícitos y con el cuerpo en los tractorazos. Hasta la conquista de la gran ciudad, Buenos Aires. Y de ahí el salto a Paris, en la capital francesa unió sus letras empáticas a la humanidad de Ramón Chao, el papá de Manu.





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