POSADAS. Tolerancia cero con los motochorros. Con esa premisa comenzó una investigación policial tendiente a terminar con un flagelo que tiene literalmente harta a la población. Por ello una comitiva policial-judicial concretó ayer un megaoperativo, en distintas chacras de la capital provincial, que constó de cinco allanamientos y dejó como saldo cinco detenidos bajo sospecha de ser delincuentes especializados en la sustracción de motocicletas, que a su vez vendían a motochorros, como así también se cree que perpetraron varios atracos en esa modalidad. Por si fuera poco, los investigadores creen que estos sujetos estarían vinculados a la comercialización y alquiler de armas de fuego para que otros malandras cometan asaltos. Tampoco se descarta que estén relacionados a la venta de drogas al menudeo, confió un portavoz oficial. Para la policía su aprehensión es clave para la resolución de varios casos. Además, durante la intensa jornada de requisas en viviendas de los sospechosos, se incautaron una docena de motocicletas de dudosa procedencia (en algunos casos se cree que son robadas), carteras de mujer, gran cantidad de billeteras con documentaciones, teléfonos celulares, armas de fuego, cuchillos, patas de cabra y varios gramos de marihuana. El objetivo fue desbaratar la banda y capturar a todos sus integrantes, sin embargo, el cabecilla, quien posee un frondoso prontuario y es conocido en el ambiente policial con el alias de “Carabon”, logró -en dos ocasiones- escapar antes de que irrumpan los uniformados. Incluso en el segundo procedimiento los efectivos utilizaron el helicóptero de la fuerza para tener un panorama del reducto donde se ocultaban los acusados, ya que de intentar escapar, lo observarían desde el aire. Sin embargo, el escurridizo líder de la presunta organización criminal nuevamente burló el enorme dispositivo policial que lo buscaba, y que estuvo conformado por alrededor de 100 efectivos de distintas dependencias. El primer allanamiento, encabezado por el juez de Instrucción 3 de Posadas, Fernando Verón, comenzó a las 15.30, en la chacra 145 de Posadas, en la intersección de la avenida Chacabuco y costanera. En dicho lugar los uniformados detuvieron a dos sujetos de 47 y 36 años y a una pareja, la mujer de 35 y el hombre de la misma edad. Este último -de apodo “Topo”- se cree sería el “lugarteniente o mano derecha” de “Carabon”, agregó la misma fuente. En las viviendas de los sospechosos se secuestraron cuatro motocicletas, tres de 110 c.c., y otra de 50. También varias moto partes, un revólver calibre 32, dos martillos tipo mazas, 20 gramos de marihuana, una bicicleta de carrera, una balanza electrónica, un equipo de música y una cachiporra, entre otros elementos. Horas más tarde, la misma comitiva irrumpió en una vivienda de la chacra 159 (por avenida Jauretche entre Tambor de Tacuarí y Centenario), donde detuvieron a un individuo de 30 años conocido con el alias de “Chalita”. Allí los pesquisas incautaron una pata de cabra, un arma de fuego tipo tumbera, un machete y cuatro cuchillos, doce billeteras, veinte carteras de mujer, nueve tarjetas de memoria de celulares y diez pendrive. Mientras que en un segundo allanamiento, efectuado en el mismo barrio, se secuestraron autopartes, un cuadro de motocicleta, una horquilla, y tres motocicletas de 110 c.c., sin sus documentaciones correspondientes. En las calles aledañas lindantes al citado asentamiento, fueron incautadas otras seis motocicletas de 110 c.c., también “floja de papeles”. Aceitada organizaciónConforme a la investigación que lleva adelante la Dirección de Delitos Complejos de la Policía, se cree que la gavilla, una vez realizado el robo de las motos, las negociaban rápidamente a precios irrisorios en el mercado, casi siempre optaban por las de 110 cc.Se estima que actuaban por encargo de delincuentes que operan en la capital provincial. La banda, estaría encabezada por “Calabon”, quien fue visto cerca de la chacra 145 (donde se hizo el primer allanamiento), unas cuatro horas antes de que llegara la policía. Dicen que salió del asentamiento al mando de una moto cross de color anaranjada, que estaba presuroso, como si “oliera algo extraño”. Por algo se presume que estaba al frente de la organización desarticulada, según las fuentes consultadas, tiene vasta experiencia en redadas policiales y de cómo “zafar” a tiempo. “Desde los 90 opera en la zona y tenemos antecedentes que dan cuenta que este individuo comercializa y vende armas de fuego, que se presume trae de Paraguay, a los delincuentes de la ciudad”, reveló un vocero policial. Desde la fuerza señalaron que las motocicletas y los objetos incautados serán trasladados a la Dirección de Investigaciones, para establecer su origen y procedencia. “Doctor, siempre les avisan”En el primer allanamiento de ayer, que se concretó en la chacra 145, en la zona oeste capitalina, se produjo un episodio por demás llamativo. Cuando el juez que sigue la causa, Fernando Verón, ingresó custodiado al predio, se le aproximó un vecino, quien le manifestó “doctor, siempre les avisan, llegan tarde, a la mañana ya les pasaron el dato de que iba a venir la policía”. Luego el hombre agregó “ya pasó lo mismo hace unas semanas, cuando estuvo acá Prefectura Naval. Llegaron y era tarde, todos se esfumaron”. Los dichos de esta persona no son un dato menor, ya que abren un viejo interrogante con respecto a la discreción que existe en las fuerzas con respecto a los allanamientos. Lo que es peor, ponen en duda a las dependencias a cargo, teniendo en cuenta que dan a entender que alguien les “advierte” a los malandras de la llegada de las autoridades. Cabe agregar que ayer el ambiente no era el mejor en dicho complejo habitacional, que está conformado por innumerables pasillos estrechos y calles internas, donde las precarias viviendas están construidas de madera de pino costero y techo de chapa, en su mayoría. Al llegar la comitiva policial, numerosas personas salieron a ver que ocurría. Algunos con gestos de incredulidad en sus rostros, otros atemorizados y algunos hasta con mirada amenazante ante todo aquel que no es del lugar -ya sea uniformado o civil-. Poco a poco, los efectivos rodearon el predio, donde existen serias irregularidades con respecto a normas de higiene. Las aguas servidas y la basura acumulada generan olores nauseabundos. Todos estos signos de pobreza y hacinamiento extremo contrastan con la agradable vista que se tiene desde dicho asentamiento (que está en una elevación), donde puede observarse la costanera de la zona oeste, el arroyo Mártires y un poco más lejos, el Centro de Convenciones. Resulta increíble que obras tan opulentas est&eacu
te;n tan cerca de un lugar donde la pobreza y la miseria son cosas de todos los días.





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