El Drenaje Linfático Manual (DLM) es un método kinésico, específico de potencialidades múltiples en la práctica de la medicina. Es un tratamiento efectuado con las manos del kinesiólogo linfoterapeuta sobre la superficie cutánea del paciente, con el objeto de favorecer la circulación linfática. Con este se obtiene la eliminación del exceso de proteínas plasmáticas de los tejidos favoreciendo el equilibrio entre la carga proteica linfática y la capacidad de transporte del sistema linfático. Se busca drenar los líquidos acumulados y su eliminación evitando el edema o linfedema. Se trata de una técnica de suaves presiones sobre la superficie corporal, adecuadas y a un ritmo acorde con la frecuencia de contracción normal del vaso linfático, en dirección determinada por el recorrido del sistema. Nuestro cuerpo posee un sistema circulatorio, comprendiendo el mismo al sanguíneo y el linfático. El sistema linfático es abierto acompañando en su recorrido al sistema venoso, siendo el encargado del transporte de excedente hídrico, macromoléculas y desechos metabólicos, se halla compuesto de órganos y vasos que mantienen el equilibrio del líquido intersticial y evita de esta manera la formación de edemas que es la acumulación de aguas y proteínas que superan la capacidad funcional del sistema linfático. Uno de los requerimientos fundamentales para un buen DLM es el conocimiento preciso de la anatomía de los vasos linfáticos y de la fisiología del flujo de las corrientes linfáticas. Las manipulaciones, deslizamientos, presiones y dirección a seguir en un DLM, deben ser adecuadas y previa evaluación del profesional del tejido a tratar. La integración de los conocimientos del kinesiólogo de la anatomía, con los datos que surgen de la observación del paciente, es un proceso que necesariamente realiza el profesional en cada caso particular. El DLM está particularmente indicado en una gran cantidad de trastornos, siendo especialmente útil en estados edematosos (hinchazones) que básicamente tengan un origen linfático (linfedemas), también en tratamientos posquirúrgicos, en lesiones traumatológicas y deportivas. En trastornos de origen articular, neurológicos y déficit venoso (úlceras, trastornos tróficos, etc.), como también en tratamientos estéticos sirve para la eliminación de la celulitis o en el pre- y post quirúrgico en cirugías plásticas y/o reparadoras.





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