BUENOS AIRES. El paro convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) del camionero Hugo Moyano y el gastronómico Luis Barrionuevo dividió a la oposición, entre quienes lo apoyaron y lo consideraron “legítimo” y quienes lo cuestionaron porque se realizó sin haber “agotado instancias” de diálogo.“El paro es por culpa del Gobierno”, dijo el diputado nacional Ricardo Alfonsín (UCR), y justificó que la medida de fuerza se haya realizado como consecuencia de la falta de actualización de “haberes jubilatorios y mínimo no imponible” y debido a la “inflación”.Por su parte, el presidente del bloque de diputados nacionales de la UCR, Mario Negri, sostuvo que el paro “ha sido una clara señal de disconformidad con la política del Gobierno que, además, se refugia buscando conspiradores en lugar de resolver con equidad los problemas” y dijo que “la gente reclama por la inseguridad y la inflación, que socavan su sueldo y su vida”.En cambio, el senador radical Ernesto Sanz se preguntó: “¿Hay motivos para protestar? Muchos. ¿Llegamos al paro después de agotar otras instancias? No”.El también presidente de la UCR cuestionó que, como consecuencia del paro, el país haya estado “inmovilizado”, “se empobrezca un poco más” y “produzca mucho menos de lo que podría crear”, y agregó: “Un paro es la foto de un fracaso, el fracaso del diálogo. Este no es el camino para resolver los problemas”.Por su parte, el senador radical Eugenio “Nito” Artaza remarcó el carácter político del paro y señaló que “es un interna del peronismo” que habría que multiplicar “por 13” para entender “lo que le hicieron a (Raúl) Alfonsín” durante su presidencia.En el PRO también cuestionaron el paro: el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, se mostró de acuerdo con “el contenido del reclamo”, pero advirtió que la huelga “no va a contribuir en nada” al país y rechazó el “autoritarismo del piquete”.“En la Argentina que viene, basta del autoritarismo del piquete. Si alguien quiere trabajar y no parar no puede por la amenaza de que hay una cantidad de piquetes. Son amenazas para disuadir”, señaló Macri y evaluó que “el paro es más una interna del peronismo”.También el senador macrista Diego Santilli señaló que “el hecho de llegar a un paro de estas características significa que no hubo diálogo, que no hubo una reunión” y sostuvo que “más allá del reclamo, ningún paro beneficia a la Argentina”.En Unen, en cambio, el senador Fernando “Pino” Solanas sostuvo que “el paro de hoy es un éxito rotundo y un derecho constitucional” y afirmó que “no se puede dudar de la legitimidad de este paro porque nace del legítimo reclamo por paritarias libres y jubilaciones dignas”.En cambio, el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, rechazó la medida: “Nosotros hoy aprovechamos el día para trabajar, como todos los días. Estamos acostumbrados a que nos insulten, pero a las mentiras y a los agravios, les respondemos con trabajo y con propuestas, ocupándonos de los temas que realmente le preocupan a la gente como la inseguridad, inflación, impuestos”, señaló.Massa también se volvió a expresar en contra de los cortes de tránsito como modalidad de protesta y sostuvo que “es una locura”.“En todo caso la gente tiene que tener libertad para elegir frente a la convocatoria de la CGT si para o no para. El paro es un mecanismo de reclamo, pero tiene que ser la última instancia, no la primera. Hay que agotar las vías de diálogo y es muy importante que sobre esta base, se construya la posibilidad de encontrar soluciones”, planteó.Al respecto, el diputado Claudio Lozano (Unidad Popular) señaló que no puede haber una “elección libre” del trabajador respecto de adherir o no al paro, porque a esto lo impide “el sistema actual de relaciones laborales”.“¿Sabe Massa que si el trabajador quiere parar y el sindicato de su actividad no para, el trabajador pierde su legalidad y por tanto le descuentan de su salario el día de paro? ¿Sabe Massa que dada la crisis de representación del modelo sindical actual hay más de 2.000 organizaciones sindicales simplemente inscriptas que no son reconocidas como tales por el Ministerio de Trabajo?”, se preguntó el diputado.A su vez, el diputado massista Darío Giustozzi respondió a declaraciones del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien acusó al massismo de estar detrás del paro.“El Gobierno en los últimos dos años se encerró en sí mismo y sólo habla para los propios y con los propios. No hay ámbitos de diálogo consistentes y ese es uno de los principales motivos de este paro, sumado a la creciente inflación y el impuesto a las Ganancias, que han reducido considerablemente el poder adquisitivo de los trabajadores”, señaló. Uno a uno, los fundamentosEl paro de las Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) opositoras al Gobierno incluyó ayer reclamos económicos como un aumento a los jubilados, la elevación del mínimo imponible del impuesto a las Ganancias y una dura condena al “ajuste”, entre otros.Las centrales obreras cuestionaron la “presión impositiva” y las políticas de “ajuste”, como la devaluación, la inflación y los aumentos de tarifas.El reclamo de un aumento de urgencia para jubilados se presenta frente al costo de la canasta básica de alimentos valorada por estudios privados en alrededor de 4.500 pesos, ante una mínima de 2.757 pesos que cobra el 90% de la clase pasiva.El último aumento a los jubilados de febrero pasado fue del 11,3%, que anualizado representa 27,35%, porcentaje que puede ser mejorado cuando se disponga el de septiembre que estipula la ley 26.417 de dos aumentos anuales, aunque estaría por debajo de la inflación proyectada para este año.La consigna de “no al impuesto al trabajo” resume el reclamo del aumento del mínimo imponible del impuesto a las Ganancias, cuya última actualización es de agosto del 2013. En esa oportunidad el Gobierno anunció la elevación del mínimo disponiendo que dejaran de pagar el impuesto los que cobren hasta 15 mil
pesos. A partir de esta medida, sólo el 10% de los trabajadores pagaría Ganancias, de ellos 0,7% son jubilados.Según estudios privados, un trabajador con un nivel salarial de 15.000 pesos mensuales, que obtenga una recomposición salarial mínima del 30% para 2014, resignaría un 17,9% del mismo, obteniendo en definitiva un aumento de ingresos disponible de sólo el 24,6%”.El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, ya insinuó que el Gobierno estudiaría una modificación del mínimo pero reclamó a la oposición que el costo fiscal de la medida sea compensado. La anterior suba del mínimo tuvo un costo fiscal de 2.500 millones que se compensó gravando las acciones de compañías que no cotizan en bolsa.





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