POSADAS. La diferencia entre saber y no saber cómo proceder ante una asfixia o atragantamiento puede ser de vida o muerte. La escena: una persona con rostro de desesperación, se lleva las manos al cuello. Ése es, según los especialistas, “el signo universal de la asfixia” y da cuenta de que la persona no está pudiendo respirar, porque probablemente un objeto que haya tragado o aspirado ingresó a su tráquea (el conducto por el que respiramos).El lamentable caso de Carlitos (12), el niño de Santo Pipó que falleció atragantado por un trozo de carne hace unas semanas, nos hace reflexionar sobre lo poco que sabemos, como sociedad, sobre primeros auxilios. Podemos rogar que nunca nos ocurra algo similar, a nosotros o a nuestros hijos y familiares. Pero más seguro será ocuparnos de aprender cómo actuar en esos casos con lo que se llama Maniobra de Heimlich (MH). Pero ¿dónde, cuándo, con quién aprender esos primeros auxilios y las maniobras de soporte vital básico, como Heimlich y la reanimación cardiopulmonar (RCP)?Todo parece comenzar a simplificarse si se toma en cuenta que desde la Dirección General de Seguridad Acuática (DGSA) de Misiones están desarrollando un proyecto para poder enseñar primeros auxilios, la RCP y las maniobra de Heimlich, o de salvataje a un ahogado, en las escuelas de la provincia. “Estamos terminando de armar el proyecto para tramitar su aprobación en el Consejo General de Educación. Los talleres estarán a cargo de un equipo interdisciplinar y se destinarán a docentes y alumnos desde 5º grado de las escuelas públicas y privadas”, señaló Franco Bacigalupi de la DGSA.En relación al equipamiento necesario para poder dictarlo, indicó que “si bien los muñecos con los cuales se realizan las prácticas son muy caros, enseñaremos a diseñar dispositivos con materiales de descarte como bidones de agua y otros materiales. De esta manera, estos conocimientos se podrán replicar más fácilmente en toda la provincia”. La propuesta también se realizará en otros espacios que lo soliciten. Como ejemplo, el taller de Taekwondo que se dicta en la sede del Consejo del Deporte (Córdoba y San Luis de Posadas), donde, a raíz de la trascendencia que tomó el caso de Carlitos, los profesores solicitaron asesoramiento y clases prácticas de estas maniobras a la DGSA.En Internet también hay mucha información disponible, pero el aspecto clave es la práctica: “De nada sirve saber o hacer un curso una sola vez si no se practica, porque al momento en que se necesite, si la persona no tiene mucha práctica en primeros auxilios, puede pasar que la desesperación haga que se olvide por dónde empezar. Además, si no lo practica frecuentemente, puede ser poco eficaz”, recalcó Bacigalupi.Asimismo, cabe señalar que desde el Hospital Escuela de Agudos Dr. Ramón Madariaga, la Cruz Roja, la Red Provincial de Traslado y en los CAPS se suele realizar este tipo de capacitaciones a la comunidad.¿Cuándo es necesaria la MH?En casos de niños y adultos, al “gesto universal de asfixia” -rodear su cuello con sus manos- se suman signos como labios morados, color pálido-azulado de cara, incapacidad de hablar o emitir sonido, o ruidos agudos emitidos por la víctima. Al verlo, aunque parezca redundante, se debe preguntar: “¿Te estás asfixiando?¿Necesitás ayuda?”. Podrá sonar un tanto absurdo, pero hacer esta pregunta es un arma diagnóstica esencial, ya que si la víctima logra hablar, aunque sea dificultosamente, significa que su vía aérea no se encuentra completamente obstruida. En ese caso, se la intentará calmar, pedirle que junte aire y tosa fuertemente hasta expulsar el objeto. Paralelamente, hay que pedirle a otra persona presente que llame pidiendo ayuda al 107. Si la víctima no logra contestar a la pregunta o únicamente gesticula, estamos ante un caso de Obstrucción de la Vía Aérea por Cuerpo Extraño (Ovace) o atragantamiento y se debe realizar la Maniobra de Heimlich. ¿Cómo se realiza la MH?La Maniobra de Heimlich la puede aplicar cualquier persona. Consiste en una presión rápida en la zona del diafragma -debajo de las costillas- para hacer que el aire que queda en los pulmones salga con fuerza y ayude a expulsar el elemento que obstruye las vías.“Esta maniobra presiona el diafragma, que es ese músculo que se mueve cuando tenemos hipo, haciendo que el resto de aire que siempre queda en los pulmones salga rápidamente y ayudando a desobstruir las vías respiratorias. Asimismo, si el elemento no está en la tráquea (el conducto que va hacia los pulmones) y está en el esófago (conducto que va al estómago), la presión también podrá ayudar a expulsarlo”, señaló Bacigalupi. El “ABC” de la maniobraUna vez que nos hemos asegurado de que se trata de una Ovace, se debe realizar los siguientes pasos: 1) colocarse detrás de la víctima, que puede estar de pie o sentada, y rodearla con los brazos; 2) ubicar una de las manos en forma de puño dos dedos arriba del ombligo, de forma que el pulgar se apoye en el abdomen (ubicado dos dedos abajo de la boca del estómago); 3) rodear el puño con la otra mano; 4) presionar fuertemente hacia adentro y hacia arriba; 5) aflojar la presión sin perder la posición. Repetir la maniobra hasta que la persona expulse el cuerpo extraño y pueda volver a respirar.En caso de encontrarnos solos, podemos realizar la automaniobra. Se colocan las manos en la misma posición que las mencionadas en puntos 2 y 3, y luego inclinarse sobre el respaldo de una silla, llevando el puño hacia el propio cuerpo, presionando fuertemente hacia arriba. Repetir las veces que sea necesario.“Hay que organizar la prevención”“Esta maniobra la puede hacer cualquier persona, incluso los niños de siete años pueden aprender a hacerla. Igualmente, en todos los casos, mientras uno se ocupa de hacerla, debe pedir a otra que esté en el lugar que llame al 107 -la Red de Traslado-, hablando con tranquilidad, explicando qué está ocurriendo, edad de la persona, en qué lugar están ubicados, etcétera”, explicó Bacigalupi, recalcando un aspecto fundamental: “Siempre que voy a ayudar debo asegurarme de que mi propia vida no esté en peligro. Si esto ocurre en plena calle, tengo que pedir a otras personas que ayuden a interrumpir el tránsito para evitar que nos arrollen a los dos: a la víctima y al que ayuda”, ejemplificó.En relación a las escuelas, destacó la importancia de que puedan trabajar la prevenci
ón: “Siempre es positivo poder anticiparse a estas situaciones y estar organizados con planes de contingencia en caso de un niño que se accidentó en el patio, un caso de asfixia. Si todos los maestros y alumnos tienen conocimiento de las maniobras y cómo proceder, pueden actuar de manera ordenada: uno interviene con la víctima, otro docente llama a la ambulancia”, sugirió. Con lo aprendido, fuera de la escuela estos actores podrán ayudar a personas que lo requieran.La MH en los bebésCabe señalar que, según la persona que requiera ayuda sea bebé, niño o adulto, la maniobra debe ser adaptada. A los fines de primeros auxilios, se considera bebés a los niños que se puede alzar con una sola mano y manipular con relativa facilidad. En ellos, las señales de asfixia son: incapacidad de llorar o emitir sonidos; gemidos o llanto agudo; dificultad para respirar y/o color azul de labios o mejillas.En esos casos se debe proceder a la MH. Para tener mayor seguridad al atenderlos, es necesario estar sentados. Se toma al pequeño, sosteniéndolo boca abajo a la altura del pecho, con una sola mano y sobre el largo del antebrazo. Con la mano que queda libre -con el talón de la palma- se le dan cinco golpes fuertes (en proporción al desarrollo del niño) y rápidos en la espalda. Hecho esto, se voltea y con el dedo en forma de gancho se extrae el objeto extraño. Lo mejor es hacerlo en un solo intento, así se evita poner más en riesgo la vida de la criatura.El elemento se debe extraer sólo si está a la vista y con la acción de barrido. No es conveniente introducir los dedos en la garganta porque se corre el riesgo de empujar el objeto hacia adentro. La maniobra en niños y niñasEn el caso de los chicos que pueden permanecer de pie, el procedimiento es muy similar al que se usa con personas adultas, pero quien lo aplica debe estar sentado para poder adecuarse a la estatura del infante. Se procede de manera similar a cómo se hace con los adultos, con el cuidado necesario para no lesionar a la criatura. De ser necesario, se repite el procedimiento. Es muy importante que mientras se realiza la MH se dé aviso al teléfono 107, ya que las consecuencias de la asfixia pueden ser considerables y no se debe dejar sin atención profesional. “Mientras llega el médico”En Internet se encuentra disponible un interesante material denominado “Mientras el médico llega”. Se trata de una serie de 48 micros radiales que se puede descargar en forma gratuita de www.radioteca.net/audioseries/mientras-llega-el-medico/.En estos breves audios, elaborados por Radio Nederland Colombia, se explica paso a paso los primeros auxilios que hay que brindar a la persona mientras se espera que el médico llegue. El episodio número 20 de la serie corresponde justamente a la ayuda que se debe brindar a una persona que se ha atragantado. También se abordan, entre otros: cómo armar el botiquín, cómo actuar ante insolación, mordeduras de víboras y otros animales, hemorragias, calambres, envenenamientos, intoxicación, quemaduras, convulsiones, ahogo y desmayos.





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