POSADAS. Uno de los crímenes más salvajes de los últimos tiempos en Misiones comenzará a juzgarse hoy en Posadas, cuando Hugo Olivera (30), Gustavo Fidotto (22) y Mauro Lezcano (27) comparezcan ante el Tribunal Penal 2 por el asesinato de Luis De Olivera Rodríguez (35), ultimado horas antes de la navidad de 2010.Golpes de puño, patadas, palazos, piedrazos, cadenazos y hasta “mazazos”, al decir de los testigos. Todo eso soportó la víctima, quien logró sobrevivir a semejante bestialidad. Pero cuando los agresores se percataron de que aún estaba vivo, regresaron y lo mataron de un puntazo en el corazón.Eso, al menos, es lo que se desprende de la investigación judicial a la que pudo acceder PRIMERA EDICIÓN. Hoy, desde las 8.30 en la sala de audiencias de San Martín 1.432, comenzará a saberse cuál será la última palabra de la Justicia.EnsañamientoEl episodio sucedió alrededor de las 23.30 del jueves 23 de diciembre de 2010 frente a la vivienda de De Olivera Rodríguez, sobre calle Ñacanguazú y Salto Encantado, en el barrio Piedras Blancas de Garupá, al sur del Gran Posadas.La víctima se encontraba celebrando el cumpleaños de una conocida junto a familiares y vecinos cuando Olivera, Fidotto y Lezcano irrumpieron en la escena. Siempre al decir de testigos, los tres primero apedrearon la vivienda y después fueron a buscar a su propietario.“Esto no va a quedar así, prepárense porque los vamos a reventar a todos, tengo la ‘22’. Ustedes no nos conocen; nosotros dominamos el barrio”, habrían sido las amenazas que lanzó Olivera a los presentes, dirigidas a De Olivera Rodríguez, a quien acusaba de mantener una relación con una ex pareja suya, casualmente a quien le festejaban el cumpleaños en el lugar.En el expediente consta que el dueño de casa salió y enfrentó a Olivera. Le dijo que no tenía nada que ver con esa mujer y que no quería tener problemas. Pero al decir de los testigos, los atacantes “estaban muy ebrios” y no entendían de razones. O de compasión.Los testimonios son coincidentes y apuntan contra Olivera. El mayor de los imputados le habría pegado un golpe en el rostro que tumbó al dueño de casa. Luego, los tres lo habrían arrastrado hasta la calle, donde comenzaron a masacrarlo con una cadena, una maza, palos, piedras y también un cuchillo. “De tanto pegarle a Luis, se rompió y salió el candado (de la cadena)”, dijo en la instrucción uno de los presentes, quien agregó que los forajidos “se intercambiaban las armas para pegarle”.El salvaje ataque dejó moribundo a De Olivera Rodríguez. Una de sus sobrinas salió a auxiliarlo y, en medio de la desesperación, pidió ayuda y gritó que su tío aún estaba con vida. Eso fue determinante. Los testigos cuentan que Olivera, Fidotto y Lezcano escucharon eso y regresaron para terminar con lo que habían comenzado. Habría sido entonces que Olivera se subió sobre la víctima y lo acuchilló varias veces. Uno de esos puntazos le destrozó el corazón. Ahora sí. Luis Carlos De Olivera Rodríguez estaba muerto. La autopsia confirmó las marcas de cadenazos en casi todo el cuerpo y el profundo corte que le afectó el órgano vital.Por eso, Olivera llega a juicio acusado de ser autor material de “homicidio calificado por la alevosía”. Fidotto y Lezcano, en tanto, se sentarán en el banquillo acusados del mismo delito, pero como partícipes necesarios. Los tres podrían enfrentar la pena de prisión perpetua si el Tribunal entiende que son los responsables de uno de los asesinatos más bestiales de la década. En Corrientes,con otro nombreOlivera, oriundo de Oberá, fue buscado intensamente por la Policía por el crimen de Piedras Blancas. Sin embargo, las autoridades finalmente dieron con su paradero en noviembre de 2011. Es que el imputado permanecía detenido bajo otro nombre en Corrientes, donde había sido condenado por un robo calificado.Tanto él como Lezcano jamás rompieron el silencio. El único que habló durante el proceso fue Fidotto, cuñado de Lezcano, quien aseguró vio cuando Olivera peleaba con la víctima. “Quedamos mirando un ratito y ahí nos fuimos nomás a casa”, dijo.





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