ELDORADO. Un remisero identificado como Carlos Alfonso Sánchez (22) confesó haber sido el autor del crimen de Gustavo Daniel Zárate (24) y firmó un juicio abreviado en el que aceptó una condena de ocho años de prisión.Así lo pudo saber PRIMERA EDICIÓN en base a sus fuentes, quienes confirmaron que el acuerdo al que llegó el imputado y la fiscalía del Tribunal Penal 1 de la Tercera Circunscripción Judicial, con asiento en Eldorado, fue rubricado en las últimas horas.De esta manera, Sánchez aceptó haber sido el autor de aquella estocada fatal con un arma blanca que literalmente le traspasó el corazón a Zárate, quien disfrutaba junto a su familia de los corsos de Montecarlo, hace casi dos años.Todo sucedió alrededor de las 00.15 del domingo 12 de febrero de 2012 sobre avenida Libertador casi Roque Sáenz Peña de dicha localidad, frente a un conocido comercio, hasta donde Zárate había llegado en compañía de su primo y de una pareja amiga para asistir a los tradicionales carnavales.En determinado momento y por razones que tendrían que ver con cuestiones del momento, el primo de Zárate inició una discusión con Sánchez, un remisero que también se encontraba en las inmediaciones. Fue en medio de ese pleito que Sánchez extrajo un cuchillo de importantes dimensiones y agredió con violencia a Zárate, que había ingresado a la pelea mediante la utilización de un cinto de cuero. El cuchillazo literalmente le atravesó el corazón. Después, le provocó lesiones importantes en la cara anterior del brazo izquierdo y también en el hombro.Claro está que ese primer puntazo le produjo shock cardiogénico a la víctima, quien falleció en momentos en que los médicos del hospital de Montecarlo trataban de salvarle la vida.Una media hora después, a pocos minutos de la 1 de aquella madrugada, el trabajador del volante fue detenido por efectivos de la comisaría local en el barrio Vista Alegre, donde se ocultaba, gracias al testimonio de testigos del sangriento homicidio.Así las cosas, Sánchez fue procesado por la Justicia y debía sentarse en el banquillo de los acusados. Sin embargo, por consejo de la defensa, confesó la autoría del hecho y recibió una condena de ocho años de prisión que ya cumple en una de las unidades del Servicio Penitenciario Provincial.





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