POSADAS. Sin contemplaciones, tres delincuentes encapuchados y armados irrumpieron en una Asociación Civil, encañonaron al sereno y se llevaron una camioneta que era utilizada para repartir comida a distintos comedores del sur posadeño.El episodio ocurrió durante la madrugada de ayer en la Asociación Civil y Cooperativa de Trabajo “La Casa del Olero”, en Miguel Lanús, donde resultó víctima del hecho un sereno de 23 años al que los delincuentes le apoyaron un arma en la cabeza.“Tenemos mucha bronca, mucha indignación. Ese vehículo era utilizado para repartir mercadería a 33 comedores de la zona todos los días para la gente que más necesita”, le dijo en diálogo telefónico a PRIMERA EDICIÓN Gerónimo Rosas (57), presidente de la organización (ver “Pegale un tiro en la…”).Según fuentes policiales, todo sucedió alrededor de las 3.45 en el predio de dicha entidad, emplazado sobre calle Soldado Argentino y avenida Las Palmeras, en el límite entre el barrio Miguel Lanús y el complejo habitacional A-3-2.Como todas las noches, el lugar estaba bajo custodia de un joven de 23 años que cumple funciones como sereno, quien se sorprendió cuando al portón llegaron tres delincuentes encapuchados.“Somos de Toxicomanía”, le dijeron los maleantes, en medio de una mentira que el guardia recién descubrió al acercarse al acceso y observar que los tres escondían sus identidades con remeras en sus cabezas. Uno de ellos también tenía una gorra.La propia víctima le contó luego a la Policía que los tres maleantes estaban armados y que uno de ellos le apoyó un arma en la cabeza y le exigió la entrega de las llaves de la camioneta, que es propiedad de una mujer pero está al servicio de la Asociación Civil.Sin más opciones y con el frío del metal sobre el cuero cabelludo, el sereno cumplió con las peticiones de los recién llegados, quienes luego de propinarles nuevas amenazas se subieron al rodado, embistieron el portón de acceso al predio y huyeron a toda velocidad en dirección a la avenida Tulo Llamosas, ex ruta nacional 12, de acceso a Posadas.El joven le contó luego a la Policía que de los tres delincuentes solamente dos hablaron con él. Ambos tenían acento lugareño. El restante no emitió palabra durante todo el episodio y fue justamente él quien se sentó al volante de la camioneta, como si se tratara del líder del “golpe” delictivo.Todo eso contó el muchacho una vez que logró recuperarse de la pesadilla que vivió y radicó la correspondiente denuncia en la comisaría seccional Décima. Justamente, efectivos de esa dependencia y de Criminalística de la Unidad Regional X llevaron adelante las actuaciones correspondientes en el lugar de los hechos.A última hora de ayer las autoridades buscaban desesperadamente la camioneta Toyota Hilux 4×4 blanca, modelo 2008, dominio HFO-589, según informaron desde el Departamento de Prensa de la Policía de Misiones. También a los ladrones, cuyo paradero anoche era todavía desconocido. “Amenazaron con pegarle un tiro en la pierna para que no los siguiera”En diálogo con este medio, Gerónimo Rosas (57), presidente de la Asociación Civil “La Casa del Olero”, dio detalles del robo y contó cuál es el perjuicio que acarrea la sustracción del rodado.“Llegaron a la madrugada y le dijeron que eran de Toxicomanía, pero enseguida le pusieron una pistola en la cabeza”, explicó Rosas sobre la pesadilla que vivió el sereno del predio.Sobre los delincuentes, aseguró que tenían acento lugareño y que uno de ellos “no dijo una sola palabra”, y que fue quien encabezó la fuga al volante del rodado siniestrado.Sobre los momentos de tensión que vivió el muchacho encargado de la seguridad, Rosas confirmó las duras amenazas proferidas por los ladrones. “Amenazaron con pegarle un tiro en la pierna para que no los siguiera. Él estaba muy asustado y les pedía por favor que no le hicieran nada”, relató. Afortunadamente el sereno no sufrió lesiones, más allá de la situación que le tocó vivir.Rosas explicó que la Toyota Hilux era utilizada a diario para “repartir comidas para 33 comedores de la zona y, además, con ese vehículo también asistíamos todos los meses con unos 200 bolsones de provisiones para los que menos tienen, para los más afectados por Yacyretá”.Por otra parte, el dirigente contó que la camioneta había sido adquirida hace poco más de un año y que tenían previsto cambiarla próximamente por un “camioncito”. Tenía un valor de mercado cercano a los 115 mil pesos.“Sentimos mucha bronca, mucha indignación. Pero vamos a encontrar la manera de arreglarnos. La vida a veces es injusta, pero Dios sabe lo que hace”, finalizó Rosas, notablemente dolido tras el siniestro.




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