POSADAS Y PUERTO IGUAZÚ. Más de seis meses pasaron desde que Luis fue detenido en la aldea Fortín Mbororé por agentes de la Policía Federal. Está acusado por tenencia de estupefacientes: en total le habrían encontrado medio kilo de marihuana en su casa. Su hermano y otros cuatro integrantes de la comunidad también fueron detenidos acusados de igual delito.Actualmente se encuentran alojados en la Unidad Carcelaria Nº 17 de Candelaria. El hombre pide volver a ver a sus hijos de ocho, siete y tres años que desde su detención quedaron al cuidado de su pareja -que no es la madre de los niños- con ayuda de otros integrantes de la comunidad de Mbororé.“En febrero, cuando finalice la feria judicial, solicitaremos un informe para conocer en qué estado está el proceso de enjuiciamiento de Luis”, indicó en diálogo con PRIMERA EDICIÓN el ministro de Derechos Humanos Edmundo Soria Vieta, resaltando que “estamos gestionando para que el padre pueda recibir una visita de sus hijos y su pareja en la Unidad Carcelaria”.Según allegados a la comunidad de Mbororé, los niños están acompañados por la comunidad, pero por supuesto que extrañan a su padre. Su mamá hace un tiempo mayor a la detención de Luis -de quien está separada hace varios meses- viajó a radicarse al sur del país.“Conocemos el caso de esta familia desde el principio y estamos acompañando con al ayuda que se nos vaya solicitando por intermedio del cacique Moreyra -de Fortín Mbororé”, dijo Soria Vieta, señalando que por pedido del cacique les hicieron llegar leche en polvo y ropa para los pequeños. Asimismo el ministro indicó que en vistas al inicio del ciclo lectivo, se ocuparán de acompañar a los niños en edad escolar en esta etapa.Además indicó que Santiago Escobar, integrante del Consejo de Caciques y promotor de salud, “se comprometió con Leguizamón a que el Consejo de Caciques visite la aldea para luego comunicarle cómo se encuentra su familia. Huelga de hambre Al poco tiempo de ser detenido y mientras se encontraba aún en Iguazú, Luis inició una huelga de hambre para manifestar su disconformidad con la medida. Según hizo saber al portal Radio Cataratas de esa localidad, la marihuana “era para hacer una cocción y detener lo que en la comunidad se conoce como ‘el mal de la piel del sapo’”. Dicho preparado había frenado el avance de la enfermedad.Ante esa huelga de hambre, Derechos Humanos envió un equipo de psicólogos “para convencerlo de que deponga esa actitud autolesiva”, explicó Soria Vieta. La misma fue retomada en Candelaria a mediados de diciembre pasado, donde Leguizamón incluso se intentó coser la boca con alambre, lo que le produjo una infección. “De alguna manera él quería que se lo juzgara con las leyes de su comunidad, y la huelga de hambre fue un llamado de atención, que tuvo como resultado la visita del Juez Federal José Luis Casals, con quien tuvo una entrevista”, explicó Soria Vieta, recalcando que se le hizo un seguimiento médico para evitar que se deshidratara.




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