RIO DE JANEIRO, Brasil (AFP-NA). Minoristas brasileños confirmaron que pidieron apoyo a la presidenta Dilma Rousseff después de que algunos centros comerciales decidieran cerrar el fin de semana para evitar los “rolezinhos”, masivas reuniones de jóvenes pobres en “shopping centers” de zonas acomodadas de varias ciudades.“Podemos confirmar que hemos acudido a la oficina de la Presidencia en busca de ayuda por esta situación”, dijo a la AFP un portavoz de la asociación de minoristas de Brasil, Alshop, al expresar la preocupación de la gremial por la pérdida de negocios.Decenas de jóvenes, convocados a través de las redes sociales al estilo de los ‘flash mobs’ pero a menudo más desordenados, se reúnen desde fines del año pasado en centros comerciales de lujo de ciudades importantes, entre ellas la capital financiera de Brasil, Sao Paulo, y Rio de Janeiro.En ocasiones, estos “rolezinhos” terminaron en disturbios y robos.Temerosos, los comerciantes reforzaron sus medidas de seguridad el fin de semana pasado y en algunos casos decidieron cerrar las puertas de los centros comerciales, incluyendo el ubicado en el elegante barrio de Leblon en Rio, provocando protestas y reclamos de discriminación.Pero estos cierres sólo sirvieron para incrementar las tensiones, con manifestantes acusando a los centros comerciales de “negar la entrada a los negros y pobres”.




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