POSADAS. Hace pocas semanas subió el costo de la energía eléctrica 18% y el presidente de Emsa, Sergio Ferreyra, anticipó que durante 2014 habrán otros incrementos. El precio del combustible no para de crecer y se prevé una suba de 30% este año ya que su valor está atado al precio internacional del dólar. El costo del transporte es muy influyente en la provincia, teniendo en cuenta la distancia con los grandes centros urbanos donde se comercializan o consumen los productos y se prevé que tenga un incremento por lo menos de 30%, para acompañar la inflación.A esto hay que sumarle dos factores esenciales, que son el salario y la presión fiscal. El salario dependerá en cada rubro de las paritarias y de la inflación; por otra parte, respecto a los impuestos, Misiones es la provincia que mayor presión fiscal ejerce sobre sus contribuyentes en toda la región. Por lo tanto, resulta mucho más caro para una empresa dedicarse a producir en Misiones que en Corrientes. Esta es la principal razón por la cual se trasladaron en los últimos años numerosas empresas y se prevé que continúe la migración, principalmente en el sector forestal, por el importante potencial de la provincia vecina.Cada año la provincia eleva un porcentaje de Impuesto sobre Ingresos Brutos, un tributo que pagan los comercios y las industrias pero que trasladan al consumidor. Además, también sube todos los años el Impuesto Inmobiliario, este año no es la excepción; y este 2014 también traerá una suba importante del Impuesto Provincial Automotor (IPA).Todos estos incrementos en los costos de las industrias y las empresas no fue acompañado durante el 2013 con un crecimiento de ventas ni tampoco de producción. Quiere decir que aumentan los gastos en mayor porcentaje que los ingresos.Para las empresas radicadas en Misiones la presión fiscal ya era un problema muy grande. Lo comprueba un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) el cual señala que “tener una actividad económica en Buenos Aires, la Capital Federal, Córdoba, Tucumán o Misiones es más costoso desde el punto de vista tributario que hacerlo en otras jurisdicciones como Chaco, Corrientes o Río Negro”.El informe ubica a Misiones entre las que cobran más impuestos en varios rubros, pero la primera en la “industria local”, superando a Catamarca y Tucumán; mientras que Chaco, Corrientes y Entre Ríos, tres provincias de la región, tienen exenciones impositivas para este rubro, según Iaraf.La actividad primaria también tiene grandes inconvenientes, principalmente originados por las retenciones a las exportaciones que cobra el Gobierno nacional al té, la yerba, el tabaco y la madera; y que resaltan la desventaja al compararse con los países limítrofes donde la presión a estas actividades es menor.Esta situación fue reflejada por un estudio elaborado por el consultor agropecuario Jorge Glibota, donde se revela que la actividad de la producción primaria en otros países genera una renta final once veces superior a la que se genera en Argentina, indicando que la principal razón de esto son la fuerte presión tributaria, los altos costos de producción y la baja rentabilidad, como consecuencia de la política cambiaria.Por su parte, el economista Gerardo Alonso Schwarz también criticó la marcha de la economía a nivel nacional y provincial. En declaraciones a la prensa dijo que “la devaluación del 32% anual de los últimos doce meses genera un incremento de precios porque los agentes económicos no saben cuál es el valor de referencia de todos los demás productos”.El economista jefe de la Ieral, Regional NEA, enfatizó que “la modificación en el tipo de cambio también genera incrementos en los costos de producción, por lo tanto, el industrial que exporta se ve en un problema más grande todavía: si bien la cotización de sus productos está subiendo en pesos, sus costos también lo hacen y deja de ser negocio exportar. Sube la cotización en pesos, pero baja la rentabilidad”, aseguró.El encarecimiento de la producción es muy bien reflejada en un informe de Idesa (Instituto para el Desarrollo Social Argentino) el cual señala que “el costo laboral por trabajador aumentó un 848%” en los últimos diez años, mientras que “la productividad, o sea la producción industrial por hora de trabajo, creció sólo un 60%”.





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