BUENOS AIRES (NA). Cada año millones de personas viajan en avión alrededor del mundo, entre ellos pacientes con alguna enfermedad cardiorrespiratoria. Deben ser evaluados por un especialista para evitar emergencias en vuelo.En pasajeros con enfermedades cardiorrespiratorias (EPOC, fibrosis pulmonar, insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria, enfermedad cerebrovascular), la baja presión de los aviones y la menor concentración de oxígeno pueden traer complicaciones de diversa severidad. Los trastornos pueden surgir por dos mecanismos: hipobaria (baja presión atmosférica) e hipoxia relativa (baja cantidad de oxígeno). Esta última ocasiona síntomas como: falta de aire, palpitaciones, confusión, mareos, convulsiones, dolor de pecho, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.ChequeosEn pacientes con alguna de las condiciones mencionadas, es necesario determinar quiénes tienen riesgo real de complicaciones durante el vuelo, razón por la cual antes de viajar deben consultar a su neumólogo y realizar el chequeo correspondiente. Su evaluación incluye un cuestionario, examen físico y ciertas pruebas específicas, según los antecedentes (electrocardiograma, gasometría arterial, espirometría y otros estudios respiratorios). En aquellas personas en las que, a pesar de estas evaluaciones, siguen quedando dudas se puede recurrir a pruebas más sofisticadas que simulan las condiciones existentes en la cabina de un avión y evocar, de manera controlada, algunos de los síntomas que puede desarrollar el pasajero durante el viaje.Existen dos técnicas de simulación: hipoxia hipobárica e hipoxia normobárica. La primera precisa de cámaras hipobáricas, de alto costo y escasamente disponibles. La segunda, se realiza mediante una concentración de oxígeno que simula las condiciones existentes en la cabina del avión y puede ser realizada en un laboratorio de función pulmonar adecuadamente equipado.





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