POSADAS. Un inesperado giro en la causa tuvo la investigación por la muerte de dos jóvenes amigas el pasado lunes en Campo Ramón, teniendo en cuenta que de un supuesto accidente de tránsito la justicia pasó a calificar la causa como “doble homicidio calificado por la condición de las victimas (femicidio)”, señalaron fuentes oficiales. Se trata del trágico episodio que ocurrió sobre la ruta provincial 103 y que enlutó a dos familias de esa localidad de la Zona Centro. En aquel momento la policía informó que aquel lunes, al filo de la medianoche, una motocicleta Mondial 110 ocupada por Cinthia Marisol Gómez (22) y Yessenia Filippin (21), circulaba por la citada arteria provincial a 2.500 metros del acceso a Campo Ramón y por causas que se investigan, chocó frontalmente con un Fiat Duna conducido por Hugo Bareiro (44). Producto del violento impacto, y a raíz de las gravísimas lesiones que sufrieron ambas jóvenes perdieron la vida prácticamente en el acto. Por su parte, el inescrupuloso automovilista resultó ileso y posteriormente -por orden del Juzgado Penal de turno- y teniendo en cuenta que estaba presuntamente alcoholizado, fue detenido en averiguación del siniestro fatal. Mientras las pericias por el presunto accidente avanzaban, Miriam Alvez de Olivera, la madre de una de las víctimas, más precisamente de Cinthia Gómez, y que además es la ex pareja del individuo que terminó tras las rejas por el hecho, se enteró de un dato terrorífico. Es que su hija momentos antes de morir le pidió ayuda -via mensaje de texto- a su hermana menor, porque el presunto criminal al volante, quien llegó a ser su padrastro, la estuvo persiguiendo y merodeaba la zona donde ella estaba jugando al vóley con un grupo de amigas. Esta evidencia, sumada a una serie de anteriores amenazas verbales que realizó el sujeto en forma reiterada, movilizó a la madre de Cinthia a radicar una denuncia ante las autoridades, lo que en definitiva disparó la investigación. El supuesto motivo de las amenazas del sospechoso hacia las dos hermanas era porque culpaba a las hijas de Miriam de la ruptura de la relación sentimental. “Mi hija menor se salvó porque no la dejé ir” En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Miriam Alvez de Olivera, madre de Cinthia Gómez (22), una de las dos jóvenes fallecidas en el trágico hecho el pasado lunes a la medianoche, confió que “mi hija menor (de 17 años) se salvó porque ese día no la dejé ir con la hermana”, y agregó que “él creyó que atropellaba a mis dos hijas, pero en realidad era la mayor junto a su mejor amiga”. Luego, Miriam relató que con el ahora detenido, Hugo Bareiro, “estuve conviviendo unos siete meses, pero decidí ponerle fin a la relación porque abusaba del alcohol”. “Mis hijas se molestaban mucho por esa situación y un día me dijeron que él no iba a poner más un pie en la casa, que si yo quería podía ir a verlo. Fue entonces que a principios de diciembre le dije que no iba más y que se vaya a vivir a otro lado. Él se molestó mucho con mis hijas por eso, a tal punto que me decía que se iba a desquitar con ellas, que eso no íba a quedar así”, reveló. Seguidamente precisó que “yo les decía a mis dos hijas cuídense, porque Hugo llevó el auto y anda tomando demasiado. Y recuerdo que Cinthia me contestó ‘mami él habla de balde’, quizás pensando que no era capaz de semejante locura”. Miriam recordó que aquella fatídica jornada “Cinthia salió a las 16 y se fue en moto solita a jugar al vóley a Villa Bonita, porque le dije a mí hija menor que no podía salir. Me habían contado que donde ellas íban veían a Hugo dando vueltas en el auto, merodeando y acechando”. EvidenciaMomentos antes de la tragedia que, se cree que fue cuidadosamente planificada por el sospechoso, Cinthia le envió un mensaje de texto a su hermana menor. Iba a ser su última y desesperada comunicación que decía textualmente: “Hugo está en el negocio frente a la casa de Taison y no puedo salir porque seguro me sigue. No sé qué hacer. No le digas nada a mami”. Esta evidencia es fundamental en la investigación y por ello la Justicia incautó el teléfono celular de la adolescente. Con respecto al citado mensaje y su contenido, Miriam explicó que “cuando ella dice ‘no le digas nada a mami’ es porque yo les había dicho a mis hijas que cuando se enteren que Hugo andaba siguiéndolas me llamaran o me enviaran un mensaje, así yo lo denunciaba y la policía podía verificar si estaba manejando borracho. Además, les pedí que avisen porque si eran acechadas por él yo me iba a buscarlas en un remis, pero lamentablemente Cinthia no quiso preocuparme y pagó con su vida”. “Me comentaron que durante todo el domingo Hugo estuvo diciendo cosas extrañas en público, como por ejemplo que ‘tenía que terminar a dos personas’. Estas terribles palabras fueron escuchadas aparentemente por mucha gente en un balneario. Seguramente la Justicia ahora va a buscar a esos testigos”, contó. Luego Miriam, quien es promotora de salud, recordó que “todavía no puedo creer que el automóvil con el que causó la tragedia lo compré yo, él aún no tenía la transferencia. Teníamos pensado una vida juntos y al final terminó destrozando la mía”. “Eran amigas desde chiquitas”Las infortunadas jóvenes presuntamente asesinadas el pasado domingo a la medianoche, según su familia, eran inseparables. Miriam Alvez de Olivera, la madre de Cinthia Gómez contó a este Diario que tanto su hija como la otra víctima, Yessenia Filippin, “eran amigas desde chiquitas, hicieron la primaria y la secundaria juntas”. “Cinthia era madre de un pequeño de cuatro años, se ganaba la vida como promotora de salud en Campo Ramón y estudiaba, tenía muchos proyectos al igual que su amiga”, relató aún muy afectada por la pérdida de una de sus hijas. Miriam aseguró que como abuela se hará cargo del niño que quedó huérfano. Posteriormente agregó que el acusado “trabajaba en un aserradero y cuando le dije que no podía vivir más con noso
tros, acá en el barrio Docente de Campo Ramón, se llevó el auto que yo misma compré y fue a vivir una casa precaria. Justamente me decía en forma amenazante ‘mirá donde tuve que venir, ahora me voy a desquitar’. El era viudo y cuando lo conocí me contó que se tuvo que venir de la provincia de Buenos Aires con dos hijitas de 10 y 11 años porque ‘tenía problemas graves’, aunque nunca me aclaró de qué se trataba”. “Era violento con las hijas propias y con las mías, a las que incluso amenazaba porque las culpaba de la ruptura de mi relación con él”, puntualizó Miriam, quien dijo que seguirá reclamando Justicia.





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