POSADAS. En una reposera, con un termolar verde repleto de vino con gaseosa cola, mientras intentaba limpiar sus zapatillas de cualquier rastro que pudiera comprometerlo. Así encontró la Policía el lunes por la mañana al joven de 21 años sospechado de ser el autor material del crimen de la maestra jardinera Isolina Jazmín Stang (34), asesinada de un puntazo en el corazón en un violento robo perpetrado en Itaembé Miní.Como PRIMERA EDICIÓN publicó en su edición de ayer, el principal sospechoso fue apresado horas después del homicidio en el barrio Belén junto a un menor de edad de sólo 13 años que habría actuado como presunto cómplice. Lo novedoso es el dato al que ahora pudo llegar este medio: el apresado continuó tomando alcohol tras el crimen e incluso creen que compró más bebida con el dinero que le robó a la víctima.Trascendió también que ese habría sido el motivo que llevó a la dupla a salir de Belén para llevar adelante una “gira delictiva”, con el objetivo de conseguir dinero para comprar más alcohol y seguir bebiendo, según reveló una fuente ligada a la causa.En ese sentido, se supo que esa decisión no fue adoptada por los dos sospechosos de manera imprevista. Es que ambos acostumbraban salir de noche a robar por la avenida 147 y, en general, por todo Itaembé Miní. Esas salidas estaban tan “aceitadas” que hasta tenían un lugar que utilizaban como “aguantadero”, donde los detectives hallaron en la tarde del lunes el presunto arma homicida y la cartera de Stang (ver “Los sospechosos…”).La historia revela una oscura trama en la que una vez más queda en evidencia la gravedad del alcohol, las drogas y otros tantos vicios que son “moneda corriente” en los barrios posadeños, a la par del aumento alarmante de la inseguridad y con autoridades que no esbozan ningún tipo de respuesta.Fuera de síLa noticia golpea aún a la opinión pública misionera. Stang esperaba el colectivo sobre avenida 147 y calle 146 A de Itaembé Miní, a pocos metros del Club Vial, cuando fue interceptada por dos delincuentes que intentaron robarle la cartera.Según el relato de una mujer que también estaba en la parada, la maestra jardinera opuso resistencia y se aferró a la cartera. Los ladrones forcejearon, la arrastraron por unos 15 metros y luego uno de ellos tomó un arma blanca y se la clavó en el pecho.El acero le cortó la arteria aorta. Stang -que iba hacia el jardín maternal “Primeros Pasos”, sobre Francisco de Haro, donde trabajaba- cayó al asfalto desvanecida y murió segundos después, mientras el dúo huía con su cartera hacia el sur, por la avenida 147.Fue cerca de las 5.50 del lunes pasado y gracias al testimonio de la testigo clave la Policía pudo llegar a los presuntos autores del hecho, un menor de 13 años y un joven de 21, vecinos entre sí y domiciliados en el barrio Belén, al fondo de la avenida 147 (ver “Las claves…”).Como informó ayer este diario, el adolescente fue demorado por la Policía mientras deambulaba por ese barrio, cerca de las 9. El joven, en tanto, fue detenido cerca de las 10.45 en una vivienda cercana a la suya, donde intentaba esconderse a la vez que trataba de lavar sus zapatillas.Hasta ahí, lo que se sabía. Sin embargo, con el transcurrir de las horas las fuentes brindaron más detalles e informaron, por ejemplo, que el muchacho detenido continuaba bebiendo alcohol cuando los uniformados llegaron y lo arrestaron.“Eduardo”, como lo identificó oficialmente la Policía, estaba sentado en un sillón tipo reposera con un termo verde lleno de vino con gaseosa cola. Como el menor, también estaba bajo los efectos del alcohol y, posiblemente, de algún tipo de estupefaciente.A Stang la mataron por unos pocos pesos. Los delincuentes se llevaron la cartera, pero no la billetera de la mujer, que quedó tirada en el asfalto de 147, frente a la parada de colectivos. En ese bolso hallado después había documentos de la maestra jardinera y, sospechan, unos pocos pesos. Con ese dinero los sospechosos habrían adquirido más bebidas alcohólicas, ya que ese era el objetivo de su raid delictivo: conseguir plata para comprar más vino y gaseosa.Esas y otras cosas deberá explicar el joven detenido probablemente hoy ante el magistrado Marcelo Cardozo, al frente del Juzgado de Instrucción 7 de Posadas por subrogación legal, quien lleva adelante la causa.Sobre la investigación, Cardozo analizará también hoy la filmación de las cámaras de seguridad de una despensa emplazada a 200 metros de la escena del crimen, donde las cámaras captaron el momento en que la dúpla caminaba por el lugar e inclusive le pedía bebidas alcohólicas al sereno, antes del hecho.El magistrado ya dispuso la realización de análisis biológicos sobre el short, la camiseta deportiva y las zapatillas secuestradas en barrio Belén, que serían las que utilizó el joven señalado como autor. También se aguardan los resultados de las pericias realizadas sobre el cuchillo de doble filo hallado en ese barrio, que sería el arma homicida.Además, una fuente confirmó que en las próximas horas el juez ordenará la realización de pruebas de luminol en la casa de los detenidos con el fin de hallar restos de sangre de la víctima. Si eso sucede, todo terminaría de cerrar en un caso que para los investigadores ya tiene el sello de “esclarecido”. ´Dolor en el último adiós a JazmínMomentos de profunda congoja se vivieron ayer por la mañana, en el último adiós que familiares, amigos y compañeros de trabajo le brindaron a Isolina Jazmín Stang (34).La inesperada despedida a la maestra jardinera se llevó a cabo en un salón velatorio emplazado sobre avenida Lavalle y Japón de la capital provincial, hasta donde llegaron los familiares de la víctima, amigos y compañeras de trabajo del jardín maternal “Primeros Pasos”, que entre el lunes y ayer permaneció cerrado ante la irreparable pérdida.En medio de abrazos y llanto desconsolado, minutos después de las 10 los empleados del lugar cerraron el cajón y entonces se inició un lento cortejo fúnebre que llevó el cuerpo hasta su descanso eterno, en un cementerio parque emplazado sobre la ruta nacional 12, en las afueras de la capital provincial.Hasta allí llegó el círculo íntimo de Stang, sin poder creer todavía el final de la mujer. Cerca de las 11 se dio cierre al oficio religioso y al último adiós a una víctima más de la inseguridad.





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