OBERÁ. Ya fueron divididos y marcados los terrenos que ocupa desde el último sábado un nutrido grupo de familias tareferas en un predio privado cercano al barrio San Miguel de esta ciudad. Todas las “parcelas” tienen la misma dimensión de 25 por 25 metros. Además, los ocupantes avanzan con la limpieza del terreno y el armado de casas y carpas. El asentamiento tiene 20 delegados. Uno de ellos es Hugo Silva, referente de los Tareferos Unidos de Oberá, quien confirmó que “mal contadas somos unas 300 familias las que estamos acá, apoyando a nuestros hijos para que el día de mañana puedan tener un terreno donde vivir”. Si bien no trascendió oficialmente a quién pertenece el predio, Silva aseguró que “son unos terrenos abandonados hace 26 años, lindantes al barrio San Miguel. Nos divide el arroyo que pasa por acá. Es una chacra hipotecada por el Banco Nación y decidimos con la gente ocuparlos porque estaban viviendo muy amontonados. La idea de la toma nace a raíz de la preocupación de muchos padres, ya que no tenemos los medios para comprar, queremos esto como beneficio para nuestros hijos. Cada familia tiene de dos a cinco hijos que son grandes, algunos están viviendo en concubinato en la misma casa y ya tienen sus chicos, así no se puede vivir”.“Ahora todos están tratando de limpiar el terreno, que está muy abandonado: ya no es capuera, lo que tiene es un montecito”, explicó. Silva contó también que la Policía “estuvo el primer día, más de 60 uniformados vinieron al lugar”, por lo que “me comuniqué con Desarrollo Social para advertirles de la situación y les pedí que nos liberen de las presiones. No estamos robando nada, la idea es pagar los terrenos, no hay problema por eso”. Paralelamente, el problema es que “acá no hay luz ni agua, traemos agua de la vertiente y con los vecinos estamos armando una olla popular, de ahí comemos”. Esta toma sigue hasta que el Gobierno provincial nos entregue formalmente estos terrenos, así que nos vamos a quedar acá”, anunció el referente tarefero, quien asegura que “los vecinos nos apoyan. Un colono que está cerca vino a hablar con nosotros y nos dijo que está contento porque por fin los terrenos van a estar limpios. La toma fue pacífica, no hubo discusiones, la gente está contenta, alegre, nadie piensa aflojar. Nos sentimos apoyados y acompañados por distintas asociaciones de tareferos”, finalizó.Desde la Unidad Regional II de la Policía indicaron que llevaron adelante todas las medidas indicadas por el Juzgado de Instrucción I a cargo de Alba Kunzman. Momentos después de la toma, el jefe de la Unidad, Celso Gazano, estuvo al frente de los efectivos que se acercaron al lugar en forma preventiva y comunicó la situación a la Jueza quien decidió que se realicen las actuaciones correspondientes en una causa por usurpación. Pero la participación de la Policía fue de constatación y prevención, según recalcaron.





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