BUENOS AIRES (DyN-NA). El nuevo acuerdo de precios que abarca a un centenar de productos de la canasta básica pactado entre el Gobierno y las cadenas de supermercados entrará hoy en vigencia y regirá por un año, pero tendrá revisiones trimestrales.El secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, explicó en entrevistas publicadas ayer en dos diarios que en este nuevo esquema “los precios van a subir y a bajar”, y remarcó que el objetivo central del Gobierno apunta a “limitar la capacidad de los formadores de precios de apropiarse de lo que no les toca”.El nuevo acuerdo fue lanzado el viernes, pero debutará hoy en las góndolas de supermercados de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, y la canasta de 100 productos, que incluye 194 precios de esos artículos, comprende: 31 productos de almacén, 8 bebidas, 12 cortes de carne, 12 lácteos, 9 artículos de limpieza e higiene, 10 de perfumería, 10 de verdulería, 5 de panificación y 3 de librería.Algunos supermercadistas advirtieron el fin de semana que estos productos estarían disponibles únicamente en los locales más amplios, ya que los más pequeños tendrían en sus góndolas únicamente los que ya vendían anteriormente.Costa dijo en entrevistas concedidas a los diarios Página 12 y Tiempo Argentino que “la dispersión inicial es muy grande, pero, en promedio, la lista representa una baja del 7% con respecto a los valores actuales del mercado”, aunque aclaró que “los precios van a subir y a bajar”.“Cuando hay formadores de precios, los precios suben y después no bajan. Con este mecanismo vamos a lograr que los precios bajen cuando deban hacerlo”, aseguró.También alertó que habrá “relevamientos permanentes” para garantizar el abastecimiento de los productos incluidos.Al respecto, contó que esta semana convocará a las entidades representativas de los consumidores “para velar por el cumplimiento”, y previno que, en caso de desabastecimientos o maniobras de incumplimiento, “si se justifica una sanción, lo haremos”. Además se quejó de los medios que buscan instalar la idea de que se trata de un nuevo congelamiento, cuando -según sostuvo- “se trata de una política flexible, de revisión periódica, con precios que van a tender cada vez más a reflejar las condiciones de costos con rentabilidades normales a lo largo de la cadena”.El funcionario planteó que los productos y los precios del acuerdo “tienen que grabarse en la cabeza de los consumidores” porque “si cada uno lo incorpora, va a poder poner un límite a los formadores de precios”.





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