ENCARNACIÓN, Paraguay. En sus pocos ratos libres, Don Jorge Bogdanoff (63) fabrica llamativas figuras de metal con pequeñas piezas usadas de automóviles. Si no se mira a través de los ojos de este jubilado, sólo son viejos repuestos ya usados. A través de él, son piezas únicas. Proveniente de una colonia itapuense y radicado en Encarnación hace quince años, jamás imaginó que iba a despertar un día e ingeniarse para hacer sus esculturas. “Empecé hace diez meses. Nunca antes se me había pasado por la cabeza. Después de ver un objeto similar se me ocurrió empezar y una vez que la gente se enteró, la noticia corrió como reguero de pólvora”, contó sorprendido por el inusual éxito. Hay que saber que Bogdanoff tiene una trayectoria de más de cuarenta años como mecánico y él asegura que su profesión le dio las herramientas para el don que desarrolla actualmente.“Como provengo de una familia de una arraigada cultura agraria, fue inevitable que empezara fabricando maquinaria agrícola como tractores, segadoras y otras de uso cotidiano en las chacras”, explicó a PRIMERA EDICIÓN. Las piezas que utiliza son las que quedaron olvidadas en su taller: rulemanes, cubiertas, cadenas y tornillos, entre otros. Separadas no representan nada, pero luego de que Don Jorge las une prolijamente, con paciencia infinita, se terminan convirtiendo en artesanías muy valoradas. En esto tiene mucho que ver uno de sus hijos, a quien le pareció que valía la pena difundirlas y subió las primeras fotos a Internet. De ahí en más, las invitaciones para exhibir las artesanías en las ferias y consultas por ventas le dieron proyección regional. Piezas cotidianas“De un día para otro me puse a imaginar la forma de unir piezas” que de manera cotidiana tiene que reparar en los vehículos que recibe en su taller mecánico, las cuales comenzó a unirlas en forma armoniosa, para finalmente terminar convirtiéndose en una pequeña moto, tractor, topadora y otras figuras que solo él imagina y reproduce.Sintetizó Bogdanoff: “De una caja de repuestos que tengo catalogados para saber para qué sirven, me voy imaginando que se puede hacer o tal pieza si se la rebaja se puede convertir en un faro o un amortiguador”. Sobre la exposición y venta de sus trabajos detalló: “Armo motos, figuras de músicos tocando, motos, un carumbé y ahora estoy trabajando en una réplica del ferrocarril paraguayo. Se trata de una locomotora con un vagón de apoyo y sus rieles. No necesariamente los realizo a pedido, dejo que la imaginación y la inspiración me guíen”. Sobre la réplica del ferrocarril sí contó que la va a donar al museo de la costanera encarnacena como legado para las generaciones futuras.Por ahora el jubilado cuenta que con la llegada de las fiestas de fin de año y la alta demanda en el taller no tuvo tiempo de realizar mayores trabajos. No obstante en sus ratos libres empezó la construcción de la réplica en escala de una locomotora.“Tengo muchos pedidos que seguramente voy a atender más adelante, cuando se libere la demanda de coches que entran para reparación. Me pidieron que haga réplicas de algunos lugares históricos de Encarnación que desaparecieron con las obras de la represa de Yacyretá para exhibirlas en el museo de la playa San José”, detallo el hombre sobre el futuro próximo de sus obras. Entre los pedidos se encuentran una réplica del puente internacional que une la ciudad vecina con Posadas y también los silos históricos que se encuentran en cercanías de las concurridas playas vecinas. Destreza artística Oriundo de la localidad paraguaya de Carmen del Paraná, en sus ratos libres comenzó a ensayar su imaginación, que se alimentó durante más de 40 años trabajando como mecánico, camino que inició a los 23 años. Antes su vida pasaba por el trabajo de campo, de ahí que algunas de sus piezas hagan referencia a la vida del colono paraguayo. Lo cierto es que su gran destreza en la música (acordeón a piano, guitarra, teclado) siempre lo llevó muy dentro y ayudó a enlazar el trabajo de mucho esfuerzo físico con lo artístico.Sus obras no tienen precio establecido. Confiesa que es muy difícil poner un valor monetario a algo que hizo de manera espontánea y no con la intención de ganar dinero, usando a veces bulones de acero, arandelas o resortes. “Fácil no es, pero con un poco de empeño y la ayuda de la familia, con cuyo apoyo incondicional cuento a todas horas, hacen posible que desarrolle este hobby. Ni yo puedo creer el trabajo que estoy haciendo, salió todo tan de repente. Ni yo sabía que podía hacer una cosa así”, insistió.





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