POSADAS. Finalmente, las tres menores de edad de 14 años que permanecían desaparecidas desde los primeros minutos del año y que habían generado preocupación en la opinión pública local, aparecieron ayer por la tarde en la casa del “novio” de una de ellas, en San Isidro, hasta donde habían llegado por voluntad propia y sin avisar a sus progenitores.Las tres adolescentes habían salido de sus respectivos domicilios el último miércoles 1 de enero, tras asegurarles a sus padres que irían a recibir el año en el balneario “El Brete”, sobre la avenida costanera de la capital provincial.Sin embargo, con el transcurrir de las horas sus familiares comenzaron a desesperarse, tanto que radicaron una denuncia por extravío de personas. Tras el hecho, media ciudad se movilizó y hasta hubo notable convulsión en las redes sociales, pensando quizás que a las menores pudo haberles pasado lo peor.Con el correr de las horas la información fue fluyendo y los policías llegaron a la conclusión de que las tres se encontraban en una vivienda de la manzana 56 del barrio San Isidro, al Sur de la capital provincial.Ante esta novedad, el propio magistrado Marcelo Cardozo, al frente del Juzgado de Instrucción 1 de la Primera Circunscripción Judicial, encabezó junto a su equipo y a una veintena de policías el correspondiente procedimiento policial, ante la sospecha de que pueda tratarse de un secuestro o de una “captación” para una red de trata.Sin embargo, las peores sospechas se transformaron en una “travesura”. Así de simple. Es que las menores se encontraban en la casa del “novio” de una de ellas, hasta donde habían llegado por su voluntad desde el día en que desaparecieron.Así y todo, aún sin darse cuenta del gasto de recursos y de la situación de nerviosismo que generaron, cuando la Policía llegó ayer a San Isidro, alrededor de las 19, las menores intentaron escapar a la carrera de los uniformados.Finalmente fueron reducidas por efectivos de la comisaría seccional Decimoquinta y de la Unidad Regional X, quienes las trasladaron hasta la dependencia jurisdiccional. Allí fueron sometidas a exámenes médicos y posteriormente entregadas a sus padres. Hasta ese momento, según agregó un portavoz, todavía no entraban en razón acerca de lo que había costado la “travesura”.





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