POSADAS. Un preso que estaba detenido bajo sospecha de abuso sexual a una menor aprovechó un descuido de una de las policías que lo vigilaba y tras un forcejeo, donde logró arrebatarle la pistola 9 mm. reglamentaria, se dio a la fuga. La insólita evasión fue perpetrada a pocas horas de comenzar el presente año, en la comisaría Cuarta, ubicada en la intersección de la avenida Madariaga y calle Lanusse, en el corazón del barrio Villa Blosset de Posadas). De acuerdo a los datos que pudo obtener este diario, teniendo en cuenta que el caso se manejó con marcado hermetismo desde la fuerza, todo comenzó minutos antes de las 20.30 del martes último. En ese horario los alojados en los distintos calabozos reciben su cena, que es servida por distintos guardias o “llaveros”, como se los conoce en la jerga policial. En esas circunstancias el reo identificado como Francisco Duarte Aranda, de 42 años y a disposición de la comisaría de la Mujer de la Unidad Regional X por una causa de abuso sexual, era uno más de los “comensales” en su celda. La diferencia con el resto de los presos era que este sujeto tenía en mente un plan siniestro para cuando le sirvieran su “plato de fin de año”. Y estaba dispuesto a no fracasar en el intento. Fue así que cuando una oficial ingresó al calabozo a servirle su comida el individuo, con un rápido movimiento de manos le arrebató el arma reglamentaria a la mujer policía, saliendo a correr a toda velocidad por los pasillos y luego ganando la calle por el acceso principal de la dependencia. Todo esto ante la atónita mirada de la guardia de turno. El escurridizo sujeto escapó descalzo, sin remera y en dirección a la zona céntrica. Pese al horario en que se produjo la fuga -a horas del año nuevo- y teniendo en cuenta que eran muy escasos los peatones y automovilistas que aún circulaban en el microcentro posadeño, los efectivos no pudieron dar con el paradero del fugitivo armado. El evadido burló así el enorme despliegue policial que se montó para capturarlo. Participaron del rastrillaje efectivos del Comando Uno, comisarías Cuarta y Primera, Infantes que caminaban a esa hora en el centro, Patrulla Urbana, entre otros. Según fuentes oficiales el sujeto estaba detenido desde el pasado 3 de diciembre, cuando su concubina lo denunció por el abuso sexual de su hijastra menor. Un caso similar en Oberá El pasado miércoles 25 de septiembre, a las 20.45, cuando la guardia de turno se aprestaba a servir la cena a los presos, se produjo una fuga masiva en Oberá. El caso, similar al del pasado 31 de diciembre en Posadas en cuanto a parte de las circunstancias (horario, momento de la evasión), fue perpetrado en la comisaría Primera de la Capital del Monte. En esa ocasión la media docena de detenidos -todos considerados peligrosos- se disponía a cenar. Uno de ellos agredió al guardia que les llevaba los alimentos y aprovecharon para escapar corriendo en distintas direcciones. Sólo cuatro fueron recapturados. Uno de los detalles más llamativos y que quizás facilitó la huida de los malandras fue el descuido del policía a cargo de llevarles la comida, teniendo en cuenta que ingresó a un calabozo sin el apoyo de un camarada. Todavía siguen prófugos y son intensamente buscados Juan Cardozo, de 21 años, quien estaba tras las rejas por presunto intento de homicidio y Roberto Bogado, de 18, por lesiones graves.





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