POSADAS. Esta vez, la investigación judicial fue previa a la comisión del delito y permitió salvar una vida. Un sicario fue detenido días atrás cuando salía desde Villa Cabello con la intención de cometer un crimen por encargo, vinculado a la megabanda narco internacional desbaratada hace poco más de una semana en distintos puntos del país, entre ellos en Posadas.El asesinato iba a llevarse a cabo justamente en la capital provincial y habría sido ordenado por el “capo” de la megaorganización ligada a los cárteles de Bolivia y Paraguay, quien fue detenido ese mismo día pero en Orán, provincia de Salta.En base a contactos locales PRIMERA EDICIÓN confirmó la información, que terminó de revalidarse con las declaraciones de una fuente inexpugnable, nada más y nada menos que la letrada Liliana Navarro, secretaria penal del Juzgado Federal 1 de Córdoba, quien reveló detalles de la investigación reproducidos por distintos medios de comunicación de esa provincia.Ante la prensa, la funcionaria judicial cordobesa confirmó la “venganza narco” prevista en Posadas mediante una serie de escuchas telefónicas y aseguró que la concesionaria de Quaranta y Serrano allanada hace ocho días funcionaba como una suerte de “pantalla” de la megabanda criminal.Un llamado claveComo este medio informó en su edición del último martes, la investigación se inició hace más de un año en el Juzgado Federal 1 de Córdoba, a cargo del magistrado Ricardo Bustos Fierro, pero debió resolverse de manera inmediata el pasado jueves 19 de diciembre, cuando a raíz de una serie de escuchas telefónicas se supo que el líder de la banda había ordenado el asesinato de un individuo en Posadas, en manos de un sicario.“Él daba las órdenes y se advierte en las escuchas que también decidía sobre el destino de las personas”, le dijo Navarro al diario cordobés “Día a Día” -publicado el último sábado en su versión digital- en relación con la venganza que preparaba en la capital provincial.Esa situación fue la que “apuró” a las autoridades. Y por eso mismo desde el Juzgado Federal se ordenó la detención del sicario a cargo del crimen. El oficio llegó horas antes al despacho del magistrado Ricardo Balor, al frente del Juzgado de Instrucción 6 de la Primera Circunscripción Judicial, con asiento en Posadas.En base a sus fuentes, este medio pudo saber que Balor ordenó una vigilancia extrema en derredor del asesino a sueldo, quien finalmente fue detenido el jueves 19 en horas de la noche, después de que saliera de una vivienda de la zona de Villa Cabello con destino a cometer el crimen.En ese operativo, las autoridades confirmaron la veracidad de lo que se temía. Es que el sicario apresado tenía en su poder un arma de fuego cargada, lista para ser usada. Ante la gravedad de la situación, la Justicia no difundió ni la identidad del asesino a sueldo ni mucho menos la de quien ya tenía firmado su certificado de defunción. Organización aceitadaEn relación con la investigación, Navarro brindó más detalles al respecto y confirmó la detención del líder de la megabanda narco, identificado como Héctor Argentino Gallardo, un cordobés radicado en la ciudad santafesina de Frontera. Vivía a 250 metros de San Francisco, en la frontera con Córdoba.“Gallardo pertenece a un clan que ha sembrado el terror en la pequeña población santafesina de Frontera, separada por una calle de la ciudad cordobesa de San Francisco, y por eso, cuando irrumpieron decenas de gendarmes a allanar domicilios, los habitantes del pueblo aplaudían, según los dichos de Navarro”, según informó el último sábado en su versión digital el diario “La Voz del Interior”, citando a la secretaria penal.Navarro le contó al medio cordobés que Gallardo posee campos en Entre Ríos, Salta, Santa Fe, Córdoba y Misiones. En relación con eso, PRIMERA EDICIÓN pudo saber que el presunto “capo narco” tenía domicilio fiscal declarado en Posadas, donde desarrollaba como actividad principal el “transporte automotor de cargas” y como actividad secundaria, la “venta al por menor de colchones y sommiers”.El presunto líder fue apresado el mismo 19 de diciembre en Orán (Salta), a 45 kilómetros de la frontera, hasta donde había viajado a cerrar un “negocio”, según los propios dichos de la funcionaria judicial.En las horas siguientes se llevaron a cabo al menos un centenar de allanamientos en las distintas provincias en las que la megabanda operaba. En Posadas, el operativo más importante se llevó a cabo en una concesionaria de automóviles emplazada sobre avenida Quaranta y Serrano, donde se confirma ahora que se incautaron 56 vehículos, además de dinero y un arma de fuego (ver “Detalles del allanamiento…).La magnitud de la organización queda al desnudo al conocerse, por ejemplo, que desde el Juzgado Federal debieron solicitar apoyo de Gendarmería Nacional a través del mismísimo secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni.Sobre los resultados, Navarro le explicó a “La Voz del Interior” que consideraban muy importante la documentación secuestrada en los distintos procedimientos, más allá de que sólo se incautaron siete kilos de cocaína cerca de Villa María (Córdoba), donde fue detenida una ciudadana paraguaya identificada como Elvira Aurora Peña.Peña sería la encargada de coordinar vuelos ilegales cargados de marihuana que “descendían en pistas clandestinas de Santiago del Estero, Mendoza y Buenos Aires. Parte de la ‘hierba’ se distribuía en territorio nacional, pero el mayor volumen se derivaba a Chile”.Al respecto, el matutino revela que, según Navarro, “dos de los pilotos contratados por la paraguaya no aterrizaban en Santiago del Estero con la excusa del ‘mal tiempo’ y terminaban vendiendo cargas paralelas en Uruguay, donde fueron apresados”.Como se publicó en un primer momento, la banda está sospechada de traficar todo tipo de estupefacientes a prácticamente todo el país, a países limítrofes e incluso a Europa. Sobre la cocaína, creen que la organización se dedicaba a impregnar el estupefaciente en prendas de vestir que luego se enviaban al Viejo Continente.Por otra parte, una cuestión que resulta curiosa de sobremanera tiene que ver con el “detalle” publicado en la nota del diario “La Voz del Interior”
, donde se explica que Gallardo hacía las veces de “informante” e incluso había “entregado” a las autoridades a varios de sus clientes.“Otro dato significativo es que el jefe de la organización abastecía a la mayoría de los traficantes que operaban y operan en Córdoba, varios de los cuales entregó a la Justicia federal simulando ser un ‘informante’. La secretaria penal Liliana Navarro dijo que Gallardo aparece en distintas causas ‘entregando’ a gente a la que le vendía, supuestamente, droga. A partir de esta situación es que se inició la investigación a Gallardo un año atrás (…)”, se explicó en la publicación del último sábado.Por último, vale la pena resaltar la frase final que dejó Navarro, funcionaria judicial que encabezó el operativo de la mano del magistrado Bustos Fierro. “Gallardo es el principal proveedor del mercado local y uno de los peces gordos a nivel nacional”, dejó en claro como para que no queden dudas del peso que la organización criminal con presencia en Misiones tenía en la región antes de ser desbaratada. Allanamientosen escribaníasAunque no brindó mayores precisiones, Navarro contó que se llevaron a cabo allanamientos en escribanías de Posadas y de la localidad de Frontera, en Santa Fe, a escasos metros del límite con Córdoba.Para la letrada a cargo de la investigación esos procedimientos aportaron pruebas contundentes que demostrarían la utilización de testaferros por parte de Gallardo y la “familia” que manejaba. Hasta ayer todo era parte de un abultado expediente. Detalles del allanamiento a la concesionariaComo este medio informó en su edición del último martes, el operativo principal ordenado por la Justicia Federal de Córdoba en Posadas tuvo lugar en una concesionaria de avenida Quaranta y Serrano.Hasta ese lugar arribaron numerosos efectivos de Gendarmería Nacional fuertemente armados, en la madrugada del domingo 22 de diciembre.El allanamiento duró casi medio día y en el lugar se incautaron 56 automóviles, nada más y nada menos.Además, los uniformados secuestraron oro, 160 mil pesos y alrededor de 20 mil dólares, según explicó de manera oficial la Justicia Federal.Al respecto, la secretaria penal Liliana Navarro le dijo a los medios que eso era “plata chica” en comparación con los montos que manejaba Gallardo, quien sería el verdadero dueño de la concesionaria.





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