BUENOS AIRES (NA). Los laboratorios que fabrican cristal, la droga de diseño que proveía a famosos la banda de narcos “vip” desarticulada la semana pasada, están instalados en countries bonaerenses y en barrios acomodados de difícil acceso para las fuerzas de seguridad.Así lo asegura Claudio Izaguirre, presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, que también consigna que los narcos generalmente están vinculados a laboratorios legales para poder importar la efedrina, la materia prima de estas metanfetaminas que generan euforia en el consumidor pero que también le pueden provocar severos daños a su sistema nervioso central.La semana pasada la Justicia desbarató una organización que vendía cristal en bares y confiterías de Las Cañitas, en el barrio porteño de Belgrano, a ricos y famosos, publicó ayer el Diario Popular. Por el caso permanece detenido Rodolfo Bomparola, hermano de la diseñadora Evangelina, y estuvo demorada durante varias horas la modelo dominicana Zahina Rojas Izaguirre, en diálogo con ese diario, explicó que el cristal es una droga de diseño más potente que el éxtasis. Se vende a 600 pesos la dosis y se toma con agua. “Es consumida por jóvenes y personajes de alto poder adquisitivo. La farándula tiene múltiples proveedores, con esta banda no se acaba el problema. Lo bueno de esta causa es que el juez siguió la investigación hasta llegar al proveedor mayor”, cuenta el experto.Para el titular de la ONG antidrogas, en el país existen decenas de bandas que se dedican a distribuir cristal y éxtasis en las principales capitales. “Algunos grupos organizan fiestas electrónicas y hacen ganancia con la venta de las drogas de diseño y al mismo tiempo promocionan al vendedor”, remarca.El cristal surgió en los Estados Unidos y desde hace una década circula por el país. Su nombre se debe a su forma informe que imita los pedazos de cristal roto.“No es necesario importarlas, se pueden producir aquí. Por lo general en laboratorios montados en countries de la provincia ya que son de difícil acceso para las fuerzas de seguridad. Porque en una investigación deberían monitorearlos y luego pedir al juez una orden de allanamiento y ante cualquier movimiento extraño, los narcos pueden desmontar rápidamente el laboratorio. Se arma en un cuarto no más grande que un baño grande”, agrega. Para Izaguirre existen pocos productores, pero no ocurre lo mismo con los dealers. “Son muchos los proveedores y los que trabajan con la farándula están muy cerca y a la vista de todos, como pasó en el caso de (el boxeador) Monzón y Alberto Olmedo. Son fácilmente detectables, el tema es que sean investigados”, concluye.La tomaban los kamikazesEl cristal también se conoce como la píldora del miedo, porque inhibe la sensación de temor. Aunque está de moda en los Estados Unidos y Europa, su mayor consumo se registra en Asia, donde nació. Durante la Segunda Guerra Mundial la utilizaban los kamikazes para las misiones suicidas. “No tenían temor a morir”, explicó un especialista. La brolanfetamina se presenta en un polvo cristalino parecido al hielo picado, se mezcla con distintos tipos de bromuros que aumentan la capacidad pulmonar de las personas. En su fabricación también se incluyen pseudoefedrinas que actúan como estimulante del sistema nervioso central. Para bajarle la pureza se utiliza almidón o sustancias nocivas para el organismo, como vidrio molido pulverizado. Efectos devastadores Mientras la droga cristal permanece en el organismo, la persona siente euforia y síntomas alucinógenos visuales, auditivos y táctiles, que pueden perdurar si la adicción se profundiza. Además la brolanfetamina dilata las pupilas, produce taquicardia, palpitaciones, dolor torácico, arritmia e hipertensión arterial. Los calambres, la falta de energía, los cambios en la conducta y la caída de los dientes son algunos de los efectos secundarios.Una persona que consume esta droga durante seis meses cambia la mirada y se vuelve muy agresiva, explican los expertos en el tema. Después de este tiempo, cuando el deterioro es mayor, aparece una personalidad temerosa, tímida y con problemas de adaptación.Al terminar el efecto, en un consumidor habitual se genera un síndrome de abstinencia. Los que son usuarios ocasionales quedan en un estado de postración con decaimiento, somnolencia, letargo y aumento del apetito.Por esta razón, los profesionales indican que quienes la ingieren pueden estar hasta dos días sin comer ni dormir, con una sensación de “superenergía”.Se presenta en cápsulas, la forma más usada de consumo, pero la menos efectiva. Cuando el organismo comienza a tolerarla y el cuerpo necesita más dosis para que haga efecto el adicto la inhala, se la inyecta o la fuma. Al ser fumada el riesgo es mayor porque la absorben los pulmones, pasa rápido a la sangre y se concentra mucho en el cerebro. Las drogas de síntesis están consideradas como un grave riesgo. De a poco están reemplazando a la cocaína en todo el mundo, señalaron los profesionales consultados.




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