DOS DE MAYO. “Mi hijo tiene una parálisis cerebral y está en tratamiento en el Hospital Garrahan (de Capital Federal). Allí fuimos por primera vez en febrero y luego en septiembre, y ahora tengo turno para el 1 de diciembre”, señaló a PRIMERA EDICIÓN Romina Javier, una joven madre del barrio Tealera de esta localidad. Vive junto a su marido y su hijo de cinco años, que tiene una discapacidad mental, y su hija de tres, que también es discapacitada (tiene agenesia de cuerpo calloso, es decir, carece de una parte del cerebro y sólo con mucha estimulación hay posibilidades de que pueda caminar).Todo cuesta arribaLa mujer y su marido son de escasos recursos económicos y actualmente viven en una casa prestada cerca de la iglesia Santa Rosa. “Vendimos nuestra casa a principio de año para poder viajar al Garrahan”, indicó. Para este nuevo viaje, señaló que “la Municipalidad ya me dio el pasaje para mi hijo y para mí, pero es imposible que yo me vaya sola con mi nene porque pesa más de 18 kilos y no puedo levantarlo sola. Por eso necesitamos conseguir un pasaje para mi marido. También necesitamos dónde poder quedarnos allá porque el único familiar que tenemos está en Pilar y nos queda muy lejos y es difícil viajar en tren con nuestro hijo”.Romina no trabaja porque se aboca exclusivamente al cuidado de sus hijos. Su marido está trabajando temporalmente en seguridad del hospital local. Lógicamente los niños no tiene obra social, y con mucho esfuerzo, sus padres lograron completar las carpetas de pedidos del certificado de discapacidad.“Le salvaron la vida”El pedido de viajar al Garrahan es porque precisamente fue allí donde este año los médicos le diagnosticaron la patología a su hijo: “los médicos de acá me decían que de bebé no se movía porque ‘era vago’, pero en el Garrahan detectaron que tiene una parálisis. Le están haciendo estudios para ver si le encuentran algo en la cabecita. Del cuerpo está sanito”, explicó la mujer. Asimismo destacó que el hecho de haber consultado en ese nosocomio “le salvó la vida”, ya que hasta entonces lo alimentaban por la boca, y parte del alimento estaba yendo a los pulmones y le generó una infección. “En febrero (en el Garrahan) le pusieron la sonda nasogástrica para evitar que coma por la boca, y ahora hay que hacer un chequeo de cómo va todo”, agregó Romina.SolidaridadActualmente la niña y el niño son atendidos de manera gratuita tres veces por semana por una kinesióloga de la ciudad. “Con la kinesiología mi hijo está moviendo las piernas, brazos y la cabeza”, indicó Romina, señalando que en lo que respecta a su hija, en el Garrahan le dijeron que no hay forma de recuperar, pero son estimulación, hay posibilidades de que camine. Pese a las edades de sus hijos, recién la semana pasada Romina supo que podía mandarle a la escuela especial del pueblo para que puedan recibir atención y desarrollar habilidades. “Ya les anoté, así que el año que viene van a poder ir a la escuela”, indicó (cabe destacar que esta información no le fue brindada pro la asistente social del municipio).Puerta abierta…Consultado sobre el caso de esta familia, el intendente de Dos de Mayo José Garay indicó a PRIMERA EDICIÓN que “en el hospital se le brinda atención a los chicos”. Además dijo que está a disposición de la familia. No obstante, Romina señaló que “las veces que fui a intentar hablar con el intendente, el secretario me dijo que no estaba y me tuve que volver a casa: tres kilómetros de ida y tres de vuelta, a pie”.





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