POSADAS. A pesar de recibir más de cien millones de pesos durante este año de parte del Gobierno provincial como auxilio económico, la empresa eléctrica provincial no logra salir de la profunda crisis económica y estructural que arrastra, perjudicando a cientos de miles de usuarios con un servicio cada vez más deficiente y precario.Sólo este fin de semana se produjeron más de cien cortes de energía en diferentes puntos de la provincia debido a las altas temperaturas. El distrito Capital (Posadas, Garupá y Candelaria) sufrió alrededor de cincuenta interrupciones en diferentes barrios entre la tarde del sábado y la madrugada de ayer. En el interior los cortes fueron más prolongados todavía. En Villa Cabello, hastiados por el calor y la falta de energía eléctrica, los vecinos bloquearon varias avenidas con ramas y neumáticos entre la tarde del domingo y la mañana de ayer. Hubo zonas de este conglomerado donde no tuvieron energía desde la tarde del sábado. Recién ayer se recompuso el servicio en la gran mayoría de los barrios.En la zona de la ex ruta 213 los vecinos se reunieron ayer con intenciones de bloquear el tránsito. Más de la mitad del fin de semana pasaron sin luz. Hubo comercios que perdieron sus productos, así como ancianos y embarazadas que padecieron la falta del servicio. El domingo las temperaturas fueron las más elevadas de los últimos meses, con lo cual se incrementó el consumo -principalmente por el uso de acondicionadores de aire- y la empresa debió realizar cortes rotativos para que el sistema no colapse. La empresa acarrea un déficit económico y una crisis estructural hace varios años. Recibe cientos de millones de pesos cada año de ayuda de la Provincia, que se suman a los ingresos que obtiene por la venta de electricidad, pero la mayor parte se destina a pagar sueldo y deudas. Los números están en rojo, no cierran y cada día se incrementan sus deudas por juicios perdidos, pasivos incumplidos e intereses. Muy poco se invierte, sólo en casos de urgencia.Los sistemas de transferencia de energía están obsoletos. Las líneas no se cambian hace más de dos décadas a pesar de que ya cumplieron dos veces con su vida útil, indicó a este diario un técnico de la estatal.Nunca, desde los años 80, se realizaron las inversiones para reponer transformadores y líneas de alta y media tensión en Posadas ni tampoco en el interior. Se necesitan cientos de millones de pesos más para realizar esta tarea, pero no está en los planes inmediatos de los administradores.En los últimos años la empresa priorizó la realización de obras en el interior y la costanera de Posadas, Garupá y Candelaria, casi todo con fondos nacionales, del Prosap (electrificación rural) o la EBY (tratamiento costero). No cuenta con recursos propios para invertir. Con este panorama, cada verano el sistema eléctrico se encuentra al borde del colapso. Para muestra basta un botón. Y este fin de semana representó una muestra cabal de la precariedad en la que se encuentra el servicio, que factura casi 50 millones de pesos cada mes. Ya se prevé que el verano será caótico para este servicio.La única solución que aplican los últimos presidentes, en lugar de invertir y reemplazar las líneas y transformadores deteriorados, es realizar cortes de energía rotativos, para que se enfríen y evitar que se rompan o exploten. La metodología la utilizaron todos los últimos presidentes sin excepción: Julio “Cachilo” Rodríguez (titular de Luz y Fuerza), Esteban Lozina, Jorge Pernigotti, Héctor López Ricci y ahora Sergio Ferreira. Desde la empresa confirmaron los cortes rotativos y que no se debieron a fallos técnicos. “Por el alto consumo, que llegó al pico de 371 megavatios, se produjeron cortes momentáneos en diferentes puntos de la ciudad”, indicaron.Además, según los conocedores de la empresa, la influencia permanente del Sindicato de Luz y Fuerza y la presión del secretario general Julio “Cachilo” Rodríguez a todos los últimos presidentes, no le dejó margen de recursos para invertir. El gremio es el que más gana, en cada gestión, gracias a la presión que ejerce con los trabajadores. Ejerce influencia en la toma de todas las decisiones, negocios, licitaciones y contrataciones.“Cachilo” Rodríguez no se conforma con manejar el poder desde las sombras (nombró a la mayoría de los subgerentes y gerentes en la gestión Ferreira) sino que busca volver a la presidencia de la empresa.La situación de las cooperativas eléctricas del interior es igual o peor. Sus transformadores también se encuentran al borde de la explosión cada vez que suben las temperaturas y se incrementa el consumo. Igual que Emsa, los fondos que generan no les alcanza para invertir y por esta razón advirtieron que el verano que se aproxima será caótico.





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