BUENOS AIRES (NA). La defensa del ex presidente Fernando de la Rúa aseguró ayer que es “absurdo” pensar que se pagó un cohecho millonario a cuatro senadores para aprobar la ley de Reforma Laboral en el 2000, y sostuvo que “el hecho no existió”.“Es absurdo hablar de un cohecho millonario a cuatro senadores cuyo voto no era necesario porque había amplísima mayoría” justificó la abogada Valeria Corbacho, defensora del ex presidente.Corbacho comenzó ayer su alegato ante el Tribunal Oral Federal 3 y se extenderá en otras jornadas.Según la abogada (la misma que el lunes defendió al motorman Julio Benítez, ver página 14), el “hecho no existió”. “Se ha hecho una deformación de este tema, se habló del Senado comprado y nada de eso hubo”, sostuvo la defensora en el juicio, que se reanudó luego que la semana pasada alegara la defensa del “arrepentido” Mario Pontaquarto, quien pidió la absolución del ex secretario parlamentario.La abogada, que estuvo acompañada por el ex presidente -asistió a todas las audiencias de juicio-, aseguró que el caso fue rodeado de “exageraciones políticas” y “se ha puesto a la institución presidencial en una causa donde no había elementos para llegar a esta instancia”.“Se quería cerrar el círculo involucrando como sea al ex presidente, pero todo falla”, aseguró Corbacho.En otro tramo de su alegato expuso la “trayectoria de De la Rúa” y “su conocido apego a la ley” algo que “nadie puede poner en duda”.De la Rúa es el principal acusado y según la acusación fue él quien en una reunión en Casa Rosada habría ordenado el pago de los sobornos al haber complicaciones para aprobar la ley de reforma laboral.El ex presidente es juzgado junto al ex titular de la SIDE Fernando de Santibañez, los ex senadores Augusto Alasino, Ricardo Branda, Alberto Tell y Remo Constanzo y el ex secretario parlamentario Mario Pontaquarto.También fue sometido a juicio el ex ministro de Trabajo de la Alianza, Mario Flamarique, pero en su caso tanto la fiscalía como la querella pidieron la absolución en sus alegatos acusatorios.La semana pasada en un inesperado alegato Pontaquarto aseguró que el hecho, más allá de que su confesión fue real, no se pudo probar y responsabilizó a la Justicia.





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