POSADAS. Un intento por tapar el escándalo. Eso es lo que consideran que intentó hacer la Policía de Misiones el día después de la tragedia en el microcentro posadeño que le costó la vida a Romina Szidloski (25) y que dejó gravemente herida a su prima, Yamila Marczewski (29).Juan Ramón Benítez (31), ex pareja de Yamila y quien se suicidó luego de disparar contra las dos mujeres en la mañana del último jueves en las oficinas céntricas de la empresa Crucero del Norte, tenía sobre sus espaldas una orden de detención emitida por el Juzgado de Instrucción 1 de Posadas, a cargo del magistrado Marcelo Cardozo, que no se cumplimentó por una sencilla razón: los uniformados jamás fueron a buscarla.La situación fue confirmada ayer por las fuentes a PRIMERA EDICIÓN, horas después de que el subsecretario de Seguridad de la provincia, Julio Lenzken, brindara una conferencia de prensa junto al jefe de la Policía de Misiones, comisario general (r) Jorge Munaretto, y el subjefe de la fuerza, general Orlando Amarilla, nada más y nada menos que en la Casa de Gobierno.En ese encuentro con los medios de prensa, Lenzken negó la existencia de una orden de detención sobre Benítez y aseguró que se inició una investigación interna donde por el momento “no se observó incumplimiento alguno de ningún funcionario”.Sin embargo, la realidad indica otra cosa. Fuentes bien informadas confirmaron que Cardozo había ordenado la detención inmediata de Benítez el pasado viernes 11 de agosto, el mismo día en que Yamila Marczewski (29) había arribado al Juzgado de Instrucción 1 para ampliar su denuncia contra su ex pareja.Alterada ante las amenazas que había recibido, la joven declaró que temía por su vida y, ante la peligrosidad del sujeto, fue que Cardozo ordenó un allanamiento y la detención del mismo. Ese día, Yamila reiteró el miedo que sentía y las amenazas de muerte que recibía día tras día.¿Por qué no se materializó tal procedimiento que podría haber cambiado el curso de los hechos? Porque desde la Policía nadie fue a buscar la orden de captura emitida por la Justicia, aún cuando las fuentes aseguran que desde el Juzgado se le dio carácter de urgente e incluso se llamó por teléfono dos veces a la comisaría seccional Quinta para que retiraran el documento.La primera llamada fue el 11 de octubre, horas después de la ampliación de la denuncia. Como ningún funcionario policial se presentó a retirar el documento, desde el Instrucción 1 se volvió a insistir el martes 15, dos días antes del hecho. Y otra vez nada.El jueves 17, Benítez cumplió con lo que había prometido. Y el día después de la tragedia, ahí sí, efectivos policiales se acercaron al Juzgado en busca de la orden de captura, aunque sospechando que se trataba de una clara maniobra para ocultar la gravísima inacción policial, las autoridades de dicha sede judicial decidieron no entregarle el documento.La orden de captura en cuestión, junto con los registros en los que se confirma que nadie de la Policía vino a buscar la misma tras los llamados telefónicos, fue elevada inmediatamente por Cardozo al Superior Tribunal de Justicia para que tome cartas en el asunto.Así las cosas, todo indica que una vez más la inacción policial tuvo parte en la tragedia, más allá de que las autoridades intenten desentenderse al respecto y buscar elementos de distracción en los que ocultar sus responsabilidades.Ayer por la mañana, Lenzken aseguró que no existía orden de detención alguna contra Benítez, algo que finalmente quedó refutado. Si la Policía no tenía conocimiento de la misma era simplemente por culpa de la misma Policía, que no valoró correctamente el alerta emitido desde la Justicia y dejó así en manos de Benítez las vidas de Szidloski y Marczewski. Yamila continúa en estado críticoMientras funcionarios policiales y gubernamentales intentan “despegarse” de las responsabilidades por la tragedia, Yamila Noelia Marczewski (29) continúa internada en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Hospital Escuela de Agudos Ramón Madariaga.La joven sigue bajo pronóstico reservado con traumatismo de cráneo grave por herida de arma de fuego, lesión frontal derecha, hematoma subdural y edema cerebral difuso. El impacto del proyectil le produjo estallido de globo ocular izquierdo.Junto a Romina Szidloski (25), fueron atacadas a tiros por Juan Ramón Benítez (31), ex pareja de Yamila, con quien tenía dos hijos y se había separado en marzo pasado.El jueves 17 de octubre Benítez hizo realidad las amenazas que venía profiriéndole a Marczewski desde hace varios meses, al ingresar alrededor de las 9.50 a las oficinas de Crucero del Norte emplazadas en Colón y Catamarca.Con un revólver calibre .22 abrió fuego primero contra Romina, que trató de defender a su prima, y luego contra Yamila. Después, se quitó la vida de un disparo en la cabeza. “Mi prima estaba todo el día enla comisaría; estaban al tanto”La hermana de Romina Szidloski, la joven que murió al recibir un disparo en el pecho en medio de la masacre registrada en pleno microcentro posadeño, habló ayer con una emisora radial y dio algunos detalles del caso.“Cuando fui a la comisaría un policía me dijo que no hicieron nada porque eso era tarea del Juzgado. Es el momento en que todo el mundo se pasa la pelotita. Mi hermana no está y es lo único que me interesa. Las cosas no se hicieron como debieron hacerse y es lo único que nos interesa”, contó Cinthia en diálogo con Radio Libertad.Sobre las publicaciones en Facebook previas al hecho por parte del hermano de Yamila, la hermana de Romina aseguró que “nosotros le insistíamos, para evitar que pasara algo. A ella de decíamos que haga esto público, que si no lo hacía, nosotros íbamos a publicarlo en Facebook. Así fue que hicimos ese texto con otra prima y mi hermano lo subió. No sirvió de nada”.Sobre los últimos días de las jóvenes que resultaron víctimas del ataque, Cinthia recordó que ambas habían pasado un fin de semana en un camping, pero que había costado convencer a Yamila “porque tenía miedo y no quería ir”.“Ella vivía desanimada y nosotros tratábamos de alentarla. Finalmente ella fue y cuando volvían, él le mandó un mensaje que decía que disfrutaran, porque no iban a pasar del d&am
p;iacute;a de la madre”, relató con la voz quebrada la joven.En relación con las constantes denuncias que radicó ante la Policía y la Justicia, Cinthia contó que “mi prima todo el tiempo estaba en la comisaría, hasta un día antes estuvo ahí. La Policía estaba al tanto de todo. Ella lo denunció mil veces, y la gente que le tenía que brindar el respaldo no le dio respuesta. Ella no tenía recursos para pagar un abogado particular y el Estado no le brindó el apoyo que tenía que darle”, sintetizó en relación con el hecho que sigue conmoviendo a la opinión pública.





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