San Petersburgo, Rusia (Agencias y diarios digitales). Las visiones opuestas de Vladimir Putin y Barack Obama sobre la solución al conflicto de Siria centran el G-20, que inició ayer sus trabajos en San Petersburgo.La decisión del presidente estadounidense, Barack Obama, de intervenir militarmente contra el régimen sirio de Bashar al Asad ha puesto en pie de guerra a Rusia, haciendo revivir los viejos fantasmas de la Guerra Fría.El anfitrión del encuentro, Vladimir Putin, ha cedido a la evidencia y ha decidido incluir el tema de Siria en la agenda de este G-20, que iba a estar dedicada principalmente a las turbulencias financieras que viven los países emergentes.Putin admitió en la apertura de la cumbre que algunos participantes le pidieron que se pudieran discutir durante los dos días de este foro “otros problemas acuciantes de política internacional, en particular la situación en Siria”.Fortalecido por el aval de la comisión de Asuntos Exteriores del Senado estadounidense, Obama llegó en la tarde de ayer a San Petersburgo dispuesto a convencer a sus interlocutores de que la comunidad internacional no se puede quedar “callada” frente a la “barbarie” en Siria, como advirtió la víspera en Estocolmo.Obama espera ahora la luz verde del Congreso estadounidense, que reanuda sus sesiones el próximo lunes, para llevar a cabo esta operación militar, en la que también participaría Francia, contra el país árabe cuyo régimen está acusado del supuesto ataque con armas químicas que el 21 de agosto mató a centenares de civiles.Su aliado francés, François Hollande, con el que Obama tiene previsto reunirse hoy, espera “avances políticos” del G-20 a pesar de las divergencias con algunos países. “Ni el parlamento ruso ni el Congreso estadounidense pueden adoptar la decisión” de atacar a Siria, advirtió ayer el Kremlin. “Según la legislación internacional, este tipo de decisiones no son legítimas”, advirtió.Putin se ha encontrado con un aliado potente: el papa Francisco, quien le escribió para instarle a que los líderes abandonen el “vano afán” de una solución militar en Siria.El Vaticano reunió ayer a los embajadores del mundo entero para explicarles la posición del Papa, lo que supone la mayor ofensiva diplomática que emprende la Santa Sede desde la puesta en marcha por Juan Pablo II hace diez años contra la invasión de Irak por la coalición liderada por Estados Unidos.Siria ha protagonizado la febril actividad diplomática y bilateral que se ha desarrollado en los hoteles de San Petersburgo y en las villas destinadas a los mandatarios en la isla Strelna, donde se encuentra el Palacio Constantino, sede de la cumbre, en horas previas al inicio de este encuentro de los jefes de Estado y de gobierno de los países más ricos y emergentes.“Sé que Siria está en la mente de todos, está también en la nuestra”, admitió el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.Las reuniones van a proseguir en las próximas horas. Obama se reunirá entre otros con su homólogo francés, François Hollande, quien a su vez se reunió con la canciller alemana, Angela Merkel.Merkel, que ha dejado claro que su país no participará en ninguna intervención militar contra Siria, aseguró que “esta guerra debe terminar y que sólo se hará políticamente”.Los dirigentes europeos presentes en San Petersburgo se reunirán brevemente el jueves antes de la cena de trabajo del G-20, según informó una fuente francesa. Además de Hollande, participarían en el encuentro mandatarios de la Unión Europea, de Gran Bretaña, Alemania, Italia y España.De momento no está previsto ningún encuentro entre Putin y Obama más allá de los saludos protocolares que anfitrión e invitado se han visto obligados a realizar.Un relajado y sonriente Obama saludó con una amplia sonrisa a Putin a su llegada al Palacio Constantino, en la isla Strelna, a quince kilómetros al suroeste de la antigua capital imperial rusa. Las relaciones entre ambos no pasan por su mejor momento desde que Moscú concedió asilo político al ex consultor de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense Edward Snowden, que reveló un masivo programa de espionaje. Obama canceló una visita de Estado a Moscú previa a este G-20.Por otra parte, también se espera la llegada a la antigua capital imperial rusa del mediador internacional de la Liga Árabe y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Siria, Lajdar Brahimi, y del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para promover una conferencia de paz sobre Siria.Fuera de San Petersburgo, el tema de Siria centrará también la reunión de hoy y mañana en Vilna de los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea para intentar alcanzar una posición común.La guerra en Siria ya se ha cobrado más de 100 mil muertos en dos años y medio de guerra civil y más de 6 millones de desplazados, incluidos 2 millones de refugiados, según la ONU.Siria ha ensombrecido la agenda del G-20, centrada en los países emergentes y las turbulencias que viven a causa del éxodo de capitales por el inminente fin de la política monetaria de estímulos de la Reserva Federal estadounidense para luchar contra la crisis financiera. BRICS instan a coordinar fin de políticas anticrisisLos BRICS (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica) instaron ayer en San Petersburgo a los países ricos, en particular a Estados Unidos, a coordinar el fin de las políticas anticrisis para evitar nuevas turbulencias financieras.Para los cinco mandatarios -la brasileña Dilma Rousseff, el ruso Vlaidimir Putin, el chino Xi Jinping, el sudafricano Jacob Zuma y el primer ministro indio, Manmohan Singh- la “normalización de esas políticas tiene que ser sopesada de forma efectiva y cuidadosa y claramente comunicada”, según un comunicado enviado por el Ministerio de Hacienda brasileño al término del encuentro.El crecimiento de este grupo de países, que responde por el 25% del PIB mundial y el 40% de la población del planeta, se ha desacelerado en los últimos meses y sus monedas se han devaluado con relación al dólar, ante la perspectiva de que Estados Unidos ponga fin a su política monetaria anticrisis.“Esperamos que Estados Unidos, como mayor emisor de reservas de divisas, tenga en cuenta las consecuencias de sus políticas” en el resto de las economías, advirtió antes de la reunión el viceministro chino de Finanzas, Zhu Guangyao.Los BRICS, reunidos antes del inicio del G-20 para perge&
ntilde;ar una posición común, consideran que el fin inminente de los estímulos de la política monetaria de la Reserva Federal estadounidense está repercutiendo negativamente en los países emergentes.Las monedas más afectadas con esta fuga de capitales ante la perspectiva de que Estados Unidos suba los tipos de interés han sido la rupia india, que ha perdido un quinto de su valor en lo que va de año, el real brasileño, con un 15%, y el rublo ruso, que se ha devaluado cerca del 10%.La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció que “es necesario modificar progresivamente las políticas monetarias” para evitar “crear fracturas en el desarrollo económico”.Según los expertos de la agencia de investigación IHS Global Insight, 44.000 millones de dólares han abandonado los mercados emergentes en tres meses y este movimiento parece que no ha hecho más que empezar.La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, instó en julio a los países emergentes a que preparen sus economías para hacerlas menos dependientes de los flujos de capital internacionales.En una nota reciente previa al G-20, el FMI advierte sobre “los ajustes desordenados” ahora que los países desarrollados empiezan a sacar la cabeza del agua de una crisis que ya dura cinco años.Otro asunto que abordaron los líderes de los emergentes fue la creación de un fondo de reservas comunes que contará con 100.000 millones de dólares para protegerse, precisamente, de la volatilidad de los mercados de cambio.China aportará 41.000 millones; Brasil, India y Rusia, 18.000 millones cada uno y Sudáfrica, 5.000 millones, según el comunicado.No obstante, el viceministro de Finanzas chino aseguró poco antes que actualmente “no hay necesidad” de ningún rescate para los países que han registrado mayor huida de capitales, aunque urgió a la ejecución de reformas rápidas para “hacer frente a estos problemas”.En relación al Banco de Desarrollo, los mandatarios del bloque avanzaron en las negociaciones relativas a su estructura de capital, composición, participación accionarial y gobernanza, según el comunicado.El banco contará con un capital inicial de 50.000 millones de dólares suscritos por los cinco países del bloque, agregó.Los líderes de los BRICS también manifestaron su preocupación por el estancamiento del proceso de reforma del FMI y de la Ronda de Doha para la liberalización del comercio mundial.El G-20 comenzó al término de la reunión de los BRICS en la tarde de ayer, en el palacio Constantino, en la isla de Strelna, a quince kilómetros al suroeste de la antigua capital imperial rusa, en aguas del Golfo de Finlandia.





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