POSADAS. Coraje y una brújula: la familia. De esta forma el ex militar Miguel Solís pudo recomenzar su vida, después de que en 2000 el Ejército lo dejara fuera del cuartel cuando regresó de la guerra de Yugoslavia. Lo había afectado terriblemente un síndrome de insomnio y depresión, con lo cual sus superiores lo hicieron a un lado, sin que pudiera contar siquiera con una cobertura de salud para tratarse. Correntino de nacimiento, oriundo de Mercedes, su historia es la de quien tiene la fuerza para enfrentar la adversidad con creatividad. Relató Miguel a PRIMERA EDICIÓN: “A un ex militar le cuesta mucho conseguir trabajo cuando queda fuera, en mi caso ser militar era lo único que sabía hacer porque ingresé desde muy chico. Cuando quedé afuera algo tenía que hacer para sacar adelante a los cuatro hijos. Gracias a los camioncitos pude pagar sus estudios”. “Antes de todo esto, nunca agarré un serrucho. Por el problema de salud que tenía no podía dormir y me dije que algo tenía que hacer. Como me pasaron varias cosas después de regresar de la guerra de Yugoslavia pero el Ejército no tiene en cuenta ninguna de esas cosas, me deja afuera, sin nada”, recordó.Tratar de conseguir trabajo fue otra etapa de prueba que Miguel debió superar. Fueron meses muy “oscuros”. Entonces, un día menos pensado ocurre el milagro: le regalan una máquina caladora. Para aprender a usarla se animó a realizar algunos muebles para la casa.“Me puse a hacer mesitas, sillitas y otras cosas para que mis hijas jugaran. Cuando llegó a mis manos un camioncito destrozado, me dieron ganas de repararlo. Me dio la idea de empezar a construirlos. Hice 36, me acuerdo, pero no quería venderlos, sin embargo tuve que aflojar por la necesidad”.Afincados en MisionesTan ingeniosos y llamativos son, que no sólo están en distintos países del continente, sino que hasta algún viajero se los llevó a Italia. El éxito sucedió después de entrar a trabajar a la constructora, esas cosas del destino lo llevaron a afincarse en Jujuy, donde el éxito fue total. Vendió 700 camiones. De pronto el “petróleo” comenzaba a brotar. Otro traslado por trabajo lo devolvió a Corrientes, la novedad comenzaba a extenderse. A dónde iba llamaban la atención, una cosa llevó a la otra, notas, entrevistas y la demanda habló por sí misma.Hace tres años la familia se instaló en Misiones y mantiene la fábrica que está ubicada sobre la ruta 12, en el kilómetro 13,5, en Garupá. Allí fabrica camiones de madera en todas la medidas y modelos.




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