El estado de ánimo depende en gran medida del color de la luz que mantenemos encendida durante la noche, según un estudio publicado por la revista The Journal of Neuroscience. Así, la luz azul es la que afecta más negativamente, seguida de la blanca. Sin embargo, encender una luz roja por la noche reduce los síntomas depresivos y ayuda a mejorar el humor. Aunque lo mejor es dormir en la más absoluta oscuridad. Los científicos examinaron el papel de unas células fotosensitivas de la retina, las ipRGCs, que aunque no intervienen en la visión detectan la luz y envían mensajes al reloj circadiano corporal, así como a las partes del cerebro encargadas de regular las emociones. “La luz nocturna hace que ciertas zonas del cerebro reciban señales que en la oscuridad no se generan, lo que puede explicar la relación entre exponerse a luz durante la noche y desarrollar depresión”, explicó Tracy Bedrosian, coautora del estudio. El fenómeno es mucho más evidente cuando la luz es azul que cuando es roja, ya que las células ipRGCs responden de forma desigual a distintas longitudes de onda. Para demostrarlo, los científicos trabajaron con hámsteres siberianos. Comprobaron que, además de mostrar síntomas de depresión cuando se exponían a la luz azul, tenían una densidad menor de espinas dendríticas en el hipocampo en comparación con los que estuvieron en la oscuridad, un cambio anatómico vinculado previamente a la depresión.




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