POSADAS. Finalmente, la causa por el crimen de la comerciante Ramona Mercedes Gauto llegó al Tribunal Penal 2 y allí aguardará la fecha para la realización del debate oral y público, donde se determinará si el ex esposo Jorge De Jesús tuvo algún grado de responsabilidad o no en el hecho.La defensa optó, aprovechando que su defendido se encuentra en libertad, por llegar lo antes posible a juicio y demostrar allí lo que sostiene: la inocencia del comerciante.De Jesús está procesado por del delito de “homicidio calificado” y en caso de ser declarado culpable sería condenado a prisión o reclusión perpetua.PRIMERA EDICIÓN publicó el mes pasado que el juez de Instrucción 2 de Posadas, César Yaya, rechazó la oposición de la defensa al requerimiento fiscal de elevación de la causa a juicio y remitió las actuaciones a la siguiente instancia del proceso. Ahora se confirmó que el expediente recayó en el Tribunal Penal 2.Lo que sorprendió a propios y extraños fue la teoría que esgrimió el fiscal de Instrucción 2, Cristian Antúnez, pues a su entender al menos dos personas intervinieron en la muerte de la comerciante de 37 años.En esa línea trascendió que para Antúnez no es posible que una sola persona haya provocado semejante cantidad de golpes y heridas de arma blanca al mismo tiempo.Palabras más, frases menos, lo cierto es que la Justicia dio con un solo sospechoso y se llama Jorge De Jesús.Ramona Mercedes Gauto fue asesinada la tarde del 29 de mayo de 2010. Sus familiares la encontraron en el interior de su dormitorio, en el departamento situado en la calle Colón casi Bolívar de esta ciudad.Pese a las secuelas de la brutal golpiza que presentaba el cuerpo, al desorden en el inmueble, reflejo de una posible lucha descarnada, y a que el crimen sucedió en horas de la tarde, nadie vio ni escuchó nada en el edificio de calle Colón.Un ADN positivo -prueba objetada por la defensa- pareciera no ser el único elemento incriminante contra el único procesado en la causa. Los investigadores sostienen que Gauto presentaba la marca de la suela de una zapatilla en el rostro y que era idéntica a la que calzaba el principal sospechoso cuando arribó al escenario del hecho.Además, a la hora del crimen, las cámaras de seguridad de un estacionamiento lindero al edificio captó el vehículo del sospechoso dando vueltas a la manzana.




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