POSADAS. Ramón Montiel (57) subsiste gracias a la venta de naranjas y mandarinas que realiza en un precario puestito a la vera de la ruta 12, pero desde hace una semana se convirtió en presa de la desesperación, porque recibió una intimación de desalojo. “Ignoro los motivos por los cuales después de 16 años de trabajar me quieren desalojar. Al lado mío había un parrillero (vendedor de pollo y asado), quien se tuvo que ir y ahora me quieren sacar a mí. No me niego a irme, pero clamo a las autoridades para que me den una salida, por lo menos una autorización para trabajar tranquilo en otro lado. No tengo nada”, explicó angustiado. El puesto de Ramón es también su casa, si es que se le puede llamar así al camastro improvisado donde se tira a descansar cuando la salud o la fuerza no le alcanzan.“De palabra me dan la posibilidad de cambiarme a algún otro lugar, pero no me puedo ir sin garantías de que el día de mañana se les ocurra volver a echarme. Si me dan un permiso (habilitación) por escrito para trabajar en alguna otra esquina me voy, de lo contrario no puedo, no tengo cómo”, contó. “Sólo pido trabajar, es todo. No soy una persona sana, pero si lo fuera, con la edad que tengo quién me va a dar un trabajo”. Lo cierto es que la intimación que recibió el hombre y que exhibió a PRIMERA EDICIÓN señalaba que hoy tenía que abandonar el puesto. Contó Montiel: “Cuando recibí la nota, me acerque a la Municipalidad para hablar con los funcionarios que me intimaron, para explicarles cuál es mi situación y tratar de solucionar este problema, porque me dejan la calle. Lamentablemente salí sin una solución. Apelo a la buena voluntad de los políticos de turno, para que tengan en cuenta las circunstancias que estoy atravesando. Mi lugar de trabajo y vivienda es el puesto de naranjas y mandarinas que tengo en la ruta, donde estoy hace ya 16 años, realmente no tengo otro lugar donde ir ni medios para valerme en otro lado, no obstante tengo la voluntad de acatar las órdenes y pido simplemente que me dejen trabajar, es decir, que la Comuna me autorice y designe un lugar para levantar mi puesto. No tengo a donde ir ni recurrir”, insistió. “Quieren que salga de allí por voluntad propia y aunque quiera hacerlo, la verdad es que no tengo donde ir. Realmente estoy desesperado y no sé a quien recurrir”, explicó.Montiel sostuvo que no es la primera vez lo intiman a que salga y aseguró que si no le dan una salida, “planeo resistir”.





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