ELDORADO. La niña de doce años embarazada producto de un abuso sexual dio a luz el lunes, en el hospital Samic de esta ciudad. La beba, de 35 semanas -ocho meses de gestación- pesó 2,200 kilo y nació por cesárea.Según señaló a PRIMERA EDICIÓN la doctora Miriam Blas, gerente asistencial del nosocomio, el embarazo debió ser interrumpido porque la mamá presentaba problemas de hipertensión. La niña, de condición muy humilde, vive en el barrio 20 de Junio junto a su padre y dos hermanas, de diez y catorce años, y un hermano, de 16, que presenta un retraso mental, al que la menor había apuntado como el abusador sexual.Según fuentes confiables, la niña manifestó que por ningún motivo desea regresar a esta vivienda una vez que reciba el alta médica. Por el contrario, quiere ir a la casa de una tía.Una vez que la joven se encuentre en condiciones deberá declarar en la Cámara Gesell, para que en base a su testimonio y las pruebas de ADN se pueda determinar quién fue el abusador. AbusoLa adolescente fue internada en el Samic hace poco más de quince días. Docentes de la Escuela 692 habían notado su estado y consultaron con la supervisión escolar para ayudarla, pues había señalado que no quería volver a su casa al terminar la jornada escolar. Desde el establecimiento se convocó al padre de la niña y se recurrió a la Comisaría de la Mujer, en donde se realizó la denuncia. La menor fue trasladada al hospital donde, luego de los exámenes correspondientes, se constató que el embarazo era de 35 semanas. Embarazo de alto riesgoLa doctora Blas manifestó que: “Realizamos la interrupción del embarazo de 35 semanas por un problema de hipertensión de la mamá, producto de la gestación. La bebé nació con retardo de crecimiento, por lo que se encuentra en Neonatología, en cuidados intermedios”. En cuanto a la madre, Blas manifestó que “está bien, salió del alto riesgo y se encuentra en sala común”.Seguramente la madre se recuperará físicamente, pero sería erróneo afirmar que su estado de salud será “perfecto”, ya que psíquicamente no podrá estarlo porque desde el momento en que fue abusada sexualmente la niña está padeciendo las gravísimas consecuencias que ello implica para su dignidad y bienestar emocional. A eso se le suma que dado que el embarazo se conoció -o se dio a conocer- cuando estaba muy avanzado, la niña quedó sin la posibilidad de acceder a una interrupción de la gestación como establece el Protocolo de Abortos no Punibles, vigente en la provincia desde fines de 2012.El mismo señala que en casos de violación o abuso sexual se puede interrumpir el embarazo sin necesidad de intervención judicial. “Alcanza con la simple manifestación de la víctima para realizar el aborto”, había ratificado el ministro de Salud, Oscar Herrera Ahuad a este matutino, señalando que en Misiones se ha dispuesto que sea el Hospital Materno Neonatal de Posadas el único que prestara este servicio.Lamentablemente esto no se cumple y las más de las veces las niñas se ven obligadas a continuar con el embarazo, obligadas a criar a un bebé sin el derecho a decidir sobre su propio cuerpo. Un “balazo psíquico”“El abuso sexual infantil es un balazo psíquico”, señala Irene Intebi, psicóloga y psiquiatra infantojuvenil, experta internacional en prevención del abuso sexual infantil. Porque la figura del abusador se vuelve depredadora del aparato psíquico del niño y es mucho más traumático cuando el abusador es un familiar cercano (en este caso, se sospecha de su hermano). No debe sorprender que la niña no quiera, bajo ninguna circustancia, retornar a su casa, porque de esa manera quedaría expuesta a su abusador nuevamente.Dada la situación de vulnerabilidad que se ve obligada a atravesar, se espera que desde el Ministerio de Salud, de Derechos Humanos se estén realizando las intervenciones necesarias que garanticen la seguridad de esta niña.





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