CAMPO GRANDE. No siempre la prensa tiene acceso a las historias detrás de las víctimas fatales que se registran prácticamente a diario en Misiones por siniestros viales. Por eso, cuando alguna trasciende, la noticia se humaniza y sirve a la sociedad para reflejarse en el dolor del otro: nadie está exento de convertirse en el próximo. Esa quizás sea la manera tristemente lamentable pero más eficaz para concientizar.Antonio Daniel Ortíz tenía 26 años y toda una vida por delante. Ayer por la mañana salió de su casa rumbo al trabajo, como lo hacía todos los días, como lo hacen miles de misioneros a diario, en las ciudades más grandes o en los parajes más lejanos. Tenía pensado regresar, pero el destino en realidad tenía preparado lo contrario.El joven murió en el acto después de ser embestido por un automovilista en plena ruta nacional 14, bajo los primeros rayos de sol del día. Lo curioso y condenable es que el conductor abandonó en la escena el vehículo y escapó con paradero desconocido, presumiblemente a pie.Anoche, al cierre de esta edición, una fuente del caso le contó a PRIMERA EDICIÓN que los investigadores continuaban en la búsqueda del automovilista y realizaban las averiguaciones pertinentes para establecer de quién es el automóvil. A nadie le resulta familiar en Campo Grande y creen que quien lo manejaba podría no ser el titular del mismo.Una vida truncaLa rutina de todos los días. La que seguimos todos. En eso estaba Ortíz cuando encontró la muerte en manos de un desaprensivo conductor que se dio a la fuga.Ayer, minutos después de las 5, Antonio despertó en su casa del barrio Municipal de Campo Grande para hacer lo de todos los días: salir a trabajar para “parar la olla” junto a su mujer, de apenas 18 años. Hace no mucho tiempo la pareja había decidido transitar sus vidas juntos.Todavía estaba oscuro cuando el muchacho saludó a su mujer sin saber que sería la última vez. Abandonó la humilde vivienda, de clase trabajadora, a bordo de su motocicleta, una Zanella ZB de 110 cc. que quién sabe cuánto debió esforzarse para adquirir. Ortíz debía transitar los no más de diez kilómetros que separan a Campo Grande del secadero de té en el que trabajaba, emplazado en el límite jurisdiccional de esta localidad con Campo Viera, es decir, hacia el sur.Transitaba por el kilómetro 912 de la ruta nacional 14, unos mil metros al sur del acceso a Campo Grande, cuando notó las luces de un automóvil que se le acercaba por detrás. Fue la última sensación. Por razones que la Policía busca establecer, ese vehículo colisionó la Zanella del joven, que producto del impacto cayó pesadamente al asfalto.La moto y el rodado mayor, un Volkswagen Gol rojo de tres puertas, quedaron sobre la banquina. Cuando los policías llegaron, ambos estaban abandonados. A un costado estaba el cuerpo sin vida de Ortíz, pero pocos rastros del automovilista. Más tarde, los médicos certificaron que el joven murió en el acto a raíz de un grave traumatismo de cráneo.Del conductor del Gol, hasta anoche no había mayores resultados. “No es de la zona, de eso estamos casi seguros”, le contó a este medio una fuente de la investigación. En Campo Grande todos se conocen y nadie sabe de un vecino que tuviera un rodado de esas características.Por eso es que los uniformados creen que podría no ser de la zona. Lo que preocupa es que, como fue abandonado, suponen que quien manejaba y habría provocado el siniestro no sería el titular. De todas maneras, ayer buscaban más certezas en los datos alfanuméricos de la matrícula.Antonio Ortíz se transformó ayer en la 142 víctima fatal en lo que va del año en Misiones. Su mujer y sus familiares permanecían quebrados por el dolor y pedían la detención del conductor fugado, del que la Policía sólo tenía una certeza: la crueldad con la que actuó.





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