COMANDANTE ANDRESITO. La joven de 23 años acusada del homicidio de su ex novio, al que ajustició de un puntazo en el pecho, recuperó la libertad en las últimas horas, después de que la Justicia la sobreseyera al comprobar que actuó en defensa propia.Así lo dispuso el magistrado Juan Pablo Fernández Rissi, al frente del Juzgado de Instrucción 3 de la Tercera Circunscripción Judicial, con asiento en Puerto Iguazú, en base a la evidencia que pudo recoger en la investigación por el caso.El testimonio de vecinos de Comandante Andresito, las palabras de la propia joven y las marcas de violencia que la víctima dejó en el cuerpo de la imputada antes de morir fueron determinantes para que el juez definiera su situación judicial, según le explicaron a PRIMERA EDICIÓN fuentes ligadas a la investigación del hecho.Visita inesperadaEl episodio sucedió el martes 7 de mayo de este año alrededor de las 21, en el centro de Comandante Andresito, una pequeña localidad emplazada al noreste de la provincia, a 333 kilómetros de Posadas.En una vivienda de ese lugar, la joven de 23 años se preparaba para descansar cuando en determinado momento escuchó ruidos que provenían de la cocina, como si alguien hubiese quebrado una ventana para ingresar.La muchacha se levantó y fue hasta la escena. Allí se encontró con Héctor De Almeida (24), su ex novio, con el que había mantenido una relación sentimental que había acabado dos meses atrás, aparentemente cuando el muchacho decidió abandonarla e irse a vivir solo.Fueron segundos fatales que comenzaron a conocerse alrededor de las 21.50, cuando una patrulla de la comisaría local arribó al lugar luego de la denuncia de vecinos que habían escuchado gritos y gemidos.Los policías golpearon a la puerta, pero nadie atendió. Debieron derribarla y entonces se toparon con el horror: De Almeida yacía muerto con un cuchillo clavado en el pecho; la dueña de casa estaba sentada a un costado, en profundo estado de shock, con la mirada perdida.Desde ese momento, la joven quedó detenida a disposición de la Justicia, que inició una profunda investigación que finalizó en los últimos días.En principio, el testimonio de la muchacha fue revelador y terminó de confirmarse con las marcas de intento de asfixia que los médicos forenses hallaron sobre su cuello. También tenía escoriaciones en manos y brazos, clara evidencia de que efectivamente fue atacada por su ex pareja, como había contado.Además, el testimonio de vecinos de la zona centro terminó de cerrar la historia. Es que le contaron a Fernández Rissi que habían escuchado desesperados gritos de auxilio de la joven en momentos en que era atacada por De Almeida, quien se desempeñaba como chofer de una conocida empresa yerbatera de la región.Entonces, con esa serie de elementos que se sumaron a otros tantos plasmados en el expediente, el magistrado le dictó el sobreseimiento de culpa y cargo definitivo a la joven, al encontrar que actuó en legítima defensa. En síntesis, era su vida o la de él.





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