BAGDAD, Irak (AFP-NA). Una serie de atentados con bombas en la región de Bagdad y en el norte del país dejó ayer un saldo de por lo menos 58 personas muertas, en una nueva oleada de violencia que genera aguda preocupación por tratarse de un país que salió hace pocos años de un brutal conflicto.Las bombas se centraron en áreas chiítas, especialmente en Bagdad, y deben aumentar todavía más la creciente tensión confesional en un país donde una minoría sunita acusa al Gobierno de haberlos marginalizado.Con estos ataques, casi mil personas murieron de forma violencia en Irak en menos de dos meses, en un verdadero baño de sangre que las autoridades parecen incapaces de detener.En esta jornada, más de una docena de atentados con bombas en la región de Bagdad dejaron por lo menos 55 muertos y 187 heridos, según informaron médicos y fuentes de seguridad.Dos de los atentados, donde se utilizaron automóviles cargados con bombas, fueron realizados en Habibiyah, no lejos de un estadio donde la selección de fútbol de Irak disputaba un partido amistoso contra el seleccionado de Liberia.“Los guardias están allá y un automóvil estalló aquí. ¿Cómo podemos entender esto? Este es un estado en ruinas”, se quejaba Fadhel Hanoun, un vendedor de autos usados en medio de la destrucción provocada por una de las bombas.A su lado, otro hombre gritaba: “Este ha sido una operación organizada con cuidado. Los retenes de la Policía no sirven para nada”.




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