BRUSELAS, Bélgica (AFP-NA). El ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, advirtió que hay “crecientes sospechas” sobre el uso de armas químicas en Siria. Hay índices “de uso local” de armas químicas, dijo.Sin embargo, el ministro francés aclaró que aún se necesita “una verificación detallada”para confirmar esta información. El asunto es debatido en Bruselas durante una reunión de ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE).“Estamos consultando con nuestros socios para ver qué conclusiones tomar”, señaló.Fabius partió de Bruselas hacia París, donde se reunirá con sus homólogos ruso y estadounidense, Sergei Lavrov y John Kerry, para preparar la conferencia de paz para Siria, que se celebra en Ginebra, impulsada por Moscú y Washington.Contado en primera persona Reporteros del diario francés “Le Monde” contaron en la edición de ayer cómo vivieron ataques con armas químicas lanzados por las tropas del régimen, cuando se encontraban con grupos rebeldes en las cercanías de Damasco.El fotógrafo Laurent Van der Stockt, en el amplio reportaje titulado “Guerra química en Siria” que dedica al tema “Le Monde”, relató cómo vivió en carne propia los efectos de esas armas en el frente de Jobar el pasado 13 de abril.El fotógrafo vio que los combatientes rebeldes, que estaban apostados en unas casas en ruinas, empezaron a toser, a vomitar, a dar muestras de ahogo, antes de sufrir algunos síntomas él mismo, que después tuvo problemas visuales y respiratorios durante cuatro días.Según los testimonios recogidos por Van der Stockt y por el periodista Jean-Philippe Rémy -en particular de médicos del hospital Al-Fateh de Kafer Battna en la región de la Ghouta, que declaran bajo el anonimato- podría tratarse de sarín.Ese gas inodoro e incoloro neurotóxico produce efectos coincidentes con los observados sobre el terreno por los reporteros, que han estado durante dos meses cubriendo el conflicto y tratando de contrastar el uso de armas químicas.Los reporteros consideraron que las fuerzas leales al presidente Bashar Asad utilizan gases en los frentes de guerra de forma puntual y evitan las propagaciones masivas, que ofrecerían fácilmente pruebas irrefutables del uso de esas armas.Damasco inició su programa de armas químicas entre finales de los años 70 y principio de los 80. En la actualidad posee uno de los mayores arsenales químicos del mundo junto con Israel, según explica el experto francés Olivier Lepick. “Sabemos que el régimen dispone de al menos cinco o seis plantas de almacenamiento, y dos de fabricación”.





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