LONDRES, Gran Bretaña (AFP-NA). El primer ministro británico, David Cameron, consideró ayer que el brutal asesinato de un soldado por dos presuntos yihadistas era un ataque contra el Reino Unido y una “traición” al islam, e instó a los británicos a unirse para derrotar a los extremistas.Tras presidir una reunión de una hora del comité de crisis “Cobra” con miembros de su gabinete y representantes de las fuerzas de seguridad, Cameron reiteró también la “determinación” de su Gobierno de seguir luchando contra el “terrorismo en todas sus formas”. “Esto no fue sólo un ataque contra el Reino Unido y el estilo de vida británico. Fue también una traición al islam y a las comunidades musulmanas que tanto aportan a nuestro país”, dijo en una breve comparecencia ante los periodistas.El primer ministro, que acortó una visita a París para regresar a Londres tras el ataque ocurrido en la tarde del miércoles, agregó que “no hay hada en el islam que justifique este acto realmente espantoso”. “La gente que hizo esto trataba de dividirnos. Tienen que saber que algo así sólo va a unirnos y hacernos más fuertes”, afirmó. “Derrotaremos al extremismo violento si nos mantenemos juntos”.Dos jóvenes de raza negra armados con cuchillos de carnicero y de cocina mataron en pleno día al soldado, que iba de civil, cerca de un cuartel del barrio de Woolwich, al sureste de Londres, antes de justificar sus actos con argumentos islamistas. Algunos testigos citados por medios locales dijeron que los agresores atropellaron primero con su coche al soldado, que llevaba una camiseta de la organización benéfica militar ‘Help For Heroes’, antes de acuchillarlo con violencia. Otros testigos señalaron que fue degollado, o incluso decapitado. “¡Dios mío! Estoy viendo un hombre con la cabeza cortada justo enfrente de mí”, escribió en la red social Twitter el rapero Boya Dee, testigo del asesinato. Scotland Yard señaló que la autopsia del soldado, que no fue identificado por deseo expreso de su familia, debía llevarse a cabo durante el día.Los dos jóvenes, descritos por la prensa como británicos de origen nigeriano, permanecieron en el lugar del crimen, invitando a los viandantes, entre los cuales había niños, a tomar imágenes de la víctima, que yacía en el suelo, según testigos.En unas imágenes filmadas por un testigo y difundidas por las televisiones se puede ver a uno de los agresores diciendo: “Juramos por Alá todopoderoso que nunca dejaremos de combatiros al menos que nos dejéis en paz”. “Debemos combatirlos como ellos nos combaten. Ojo por ojo, diente por diente”, agregó en otro momento, mirando al objetivo y gesticulando después del ataque.“¿Creen que vamos a atrapar a David Cameron cuando empecemos a sacar las pistolas? ¿Creen que vuestros políticos van a morir? No, será gente normal, como vosotros o vuestros hijos. Así que díganle a su gobierno que traigan a sus soldados a casa para que todos ustedes puedan vivir en paz”, dijo ante la cámara. Otros testigos oyeron a los dos hombres gritar “Alá Akbar” (“Alá es grande”) mientras cometían el ataque.Los atacantes, que fueron heridos de bala por los agentes que acudieron al lugar de los hechos, se encuentran ingresados en dos hospitales diferentes de Londres custodiados por guardias armados. Según una fuente oficial no identificada citada por los medios, ambos eran conocidos por los servicios de seguridad británicos. Una mujer, Ingrid Loyau-Kennet, de 48 años, se convirtió en la heroína del día después de encararse aparentemente a los agresores. Esta responsable de los boyscouts, que también aparece en imágenes de testigos, relató al diario Daily Telegraph que cuando les preguntó por qué lo habían hecho, le contestaron: “Queremos empezar una guerra en Londres esta noche”. Y ella, a quien Cameron rindió homenaje en su rueda de prensa, les contestó: “Son sólo ustedes contra mucha gente. Van a perder”.




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