POSADAS. La oscura trama del narcotráfico que envuelve a Misiones tiene, por lo menos, tres organizaciones criminales que se reparten “la torta”. Al menos ese es el resultado de las investigaciones que por estas horas lleva adelante la Justicia Federal en la provincia.En base a la declaración de fuentes inobjetables a PRIMERA EDICIÓN, serían tres los “mini cárteles” asentados a lo largo y ancho de Misiones, que operarían de manera organizada, es decir, con los territorios bien delimitados.“En Misiones no es como en México, claro, donde las organizaciones narco establecen feroces luchas entre sí por el dominio del mercado. Acá se podría asegurar que trabajan en forma ‘complotada’, con límites bien marcados”, expresó un portavoz en confianza a este medio.Esa arista es la que permite imaginar una verdadera red de conexiones entre las organizaciones. Es también la que llevó a la Justicia a vincular la tonelada de marihuana depositada en la comisaría seccional Primera de Puerto Rico -de donde era robada por un grupo de policías- con el “capo mafia” Slawmir “El Francés” Polus, detenido algunos meses atrás en medio de una cinematográfica redada de la Policía Federal en pleno centro de Eldorado.Esos datos llegaron a medios nacionales, que en su momento inmediatamente vincularon aquella tonelada con Polus, asegurando que esa droga había sido adquirida por el “El Francés”.En el centro de esos presuntos nexos es que ahora los investigadores se apoyan para afirmar que las organizaciones trabajan prácticamente en conjunto. No es descabellado imaginar un vínculo comercial entre la organización que maneja el narcotráfico en la Zona Norte de la provincia y la que maneja el “negocio” en la Zona Centro. Esperanza, Mado, Libertad, Iguazú, Puerto Península, de un lado; Puerto Rico, Jardín América, Colonia Oasis, San Gottardo, del otro y sólo por mencionar algunos ejemplos, aparecen entonces como localidades hermanadas no solamente por la tierra colorada. En cada una de ellas subyace también el germen de un negocio multimillonario que cuenta con una estructura bien definida y jerarquizada por detrás. Como si se tratara de un comercio formal, acá también hay jefes, segundos y peones. Estos últimos son los que por unos pocos pesos entregan su libertad en la frontera a diario.La investigación está en marcha y en los próximos días aseguran que podrían conocerse mucho más que detalles. En ese sentido, no descartan que salga a la luz de la opinión pública el nombre del alto mando policial que horas atrás cumplía funciones en la convulsionada Unidad Regional V de Puerto Iguazú (ver título “Podrían definir hoy la…”).Además, también podrían establecerse los verdaderos vínculos que ex compañeros denunciaron en contra del ex jefe de Investigaciones de esa dependencia, también sospechado de “liberar zonas” para que actúen grupos delictivos.Detrás de todo esto la Justicia Federal tiene un nombre clave. Se trata de Felipe, un narco paraguayo de “renombre” en el mundillo de la Triple Frontera del que se sospechan aceitados contactos con funcionarios policiales. Parte de ese entramado quizás se conozca pronto.




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