“Sí, tengo sesenta años y soy el más viejo de la clases”, dijo Pedro Bogado, un vecino del barrio de Villa Sarita, casado con Teresa desde hace más de tres décadas y que tiene dos hijos, ambos profesionales. Pedro le contó a este medio que “todos los días pasaba por un establecimiento educativo privado y me llamaba la atención lo relacionado al cooperativismo. Pero nunca pude estudiar porque las cuotas eran muy altas y no las podía pagar. Hasta que un día pasé por el Martín de Moussy y vi un cartelito, entré, averigüé y a la noche ya estaba cursando el primer año”. Para su familia no fue una sorpresa, porque sabía de su interés, pero para sus compañeros sí. “Me tratan bien, soy uno más de ellos. Hay muchos jóvenes, algunos que recién salieron de la secundaria, pero la relación es excelente”, manifestó Pedro, que encontró en Aldino a un compañero con quien hablar de los mismos gustos, “si bien yo soy más viejo, somos de la misma generación”, dijo Pedro. El hombre quiere seguir estudiando, cuenta con el apoyo de su esposa e hijos, pero según él “la mente quiere, pero el cuerpo me limita mucho”. Mientras iba a la tecnicatura, también estudiaba en la escuela de Música, pero “dejé porque me levantaba a las 7 y recién me dormía a las 22 o 23”, señaló. Pedro, a pesar de su edad, sabe que su futuro es seguir “estudiando”.




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