POSADAS. La Justicia Federal condenó ayer al comerciante Claudio Acosta y al agente aduanero Gustavo Moroni a la pena de cuatro años de prisión, luego de hallarlos culpables del delito de “contrabando de importación agravado”.En el caso del funcionario, el Tribunal Oral Criminal Federal de Posadas lo responsabilizó del hecho en calidad de partícipe necesario, mientras que Acosta fue condenado como autor material del hecho.Además, la fiscalía ordenó que dos funcionarios del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) que comparecieron como testigos en el debate sean investigados por la presunta comisión del delito de falso testimonio.La sentencia fue dictada ayer por el alto cuerpo, presidido en esta oportunidad por el magistrado Manuel Alberto Jesús Moreira, quien tuvo como vocales a los jueces Norma Lampugnani de Arce Mielnik y Mario Hachiro Doi. El fallo se conoció cerca del mediodía y, más allá de la pena, tanto Moroni como Acosta permanecerán en libertad, al menos hasta que la sentencia quede firme.De todas maneras, el tribunal también ordenó la inhabilitación de Moroni para el ejercicio de cualquier cargo público durante ocho años y de Acosta para el ejercicio del comercio por un año.La Justicia Federal halló penalmente responsables a ambos sobre lo ocurrido alrededor de la 1.45 del miércoles 15 de abril de 2009, en la cabecera argentina del puente internacional San Roque González de Santa Cruz.Fue un gendarme destacado en ese lugar quien alertó a sus pares, que realizaban un procedimiento cerca de Mitre y Sáenz Peña, que una Renault Kangoo blanca con vidrios polarizados que a simple vista parecía transportar un peso considerable había pasado por el control de ingreso al país sin ser revisada por el aduanero Moroni.Ante esta novedad, los gendarmes interceptaron cerca de las vías del tren dicho vehículo, que era conducido por Acosta, quien enseguida apagó el motor, entregó las llaves y manifestó de manera espontánea que traía cigarrillos. Posteriormente, en el Escuadrón 50 -donde se realizó el procedimiento ante la falta de luz en el lugar de la intercepción- los gendarmes descubrieron los cigarrillos junto a electrodomésticos y cuchillos, todos ingresados al país de manera ilegal.En su defensa, Moroni aseguró que la Kangoo escapó cuando intentaba registrarla, algo que fue negado por los testigos a lo largo del debate.Sólo dos testimoniantes ratificaron los dichos del aduanero, justamente de los dos agentes del Senasa que el Ministerio Público Fiscal, representado en el debate por el doctor Pablo Ricardo Di Loreto, ordenó sean investigados por falso testimonio luego de contradecirse.




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