Los fósiles hallados en Aguada del León, provincia de Neuquén, permitieron no solamente determinar que se trataba de una nueva especie, bautizada como Comahuesaurus windhauseni, sino también describir algunos de sus hábitos.El investigador del Conicet y del Museo Eugidio Feruglio (MEF), José Luis Carballido, explicó que “esta nueva especie tenía las patas anteriores más cortas que las posteriores, al revés que los saurópodos que comían de los árboles, que poseían además un cuello larguísimo, características en algún punto semejantes a las jirafas actuales”. Otra de las características que demuestran que se podía alimentar de helechos u otra vegetación arbustiva muy baja tiene que ver con que sus dientes anteriores eran los más prominentes. “Sus piezas dentales podían funcionar como una especie de tijera que iba paralela al ras del suelo”, explicó el autor del estudio.Si bien no se encontró el cuerpo completo de este ejemplar, sino un cúmulo de huesos sueltos, se pudo realizar una descripción bastante completa. “Encontramos vértebras cervicales, vértebras del dorso y de la cola, que era bastante extensa, como así también partes de las patas, por lo que pudimos alcanzar una buena idea de la anatomía general y compararla con todos los registros de saurópodos semejantes que hay en el mundo”.El paisaje era bastante distinto en la Patagonia hace 120 millones de años. El clima era mucho más húmedo y, si bien los investigadores no hallaron demasiados restos de plantas, las características físicas del Comahuesaurus windhauseni indican que allí había una vegetación de estatura media bastante tupida. “Este saurópodo duplicaba la masa corporal de un elefante, por lo que tenía una alta demanda energética y debía pasar varias horas al día alimentándose, por lo que la vegetación debía ser abundante en la zona”, agregó el paleontólogo.Cementerio de dinosauriosJunto al Comahuesaurus, el equipo de investigadores encontró un total de entre diez y quince dinosaurios en la formación Lohan Cura de Aguada del León, como muestras de la alta población que habitó la Patagonia durante el Cretácico. Los huesos se encontraron todos mezclados. “Estos animales morían y sus cadáveres se descomponían a la intemperie o eran cubiertos con sedimentos. Lo que ocurrió es fueron pereciendo durante un largo período de años, hasta que posiblemente una fuerte lluvia arrastró y junto sus restos en una depresión”, mencionó Carballido.En total ya se han descubierto más de cien especies de saurópodos en el mundo. El Comahuesaurus windhauseni se suma a los hallados en Argentina. Una de las formas de diferenciarlos consiste en observar las láminas que poseen en todas las vértebras cervicales, dorsales y caudales. “Estas láminas son altamente diagnósticas, ya sea a nivel de grupo o de especie”, aseguró Carballido. Y agregó: “En esta nueva especie notamos que tenía dos láminas accesorias en todas las vértebras dorsales, es decir, un sistema de laminación distinto a cualquier otro saurópodo descrito”. Una cuna natural de dinosauriosLa Patagonia es el sitio del mundo con la mayor diversidad de rebaquisáuridos. Ese es el nombre que tiene el grupo de saurópodos al cual pertenece el Comahuesaurus windhauseni.Hay una nueva rama de la paleontología que se dedica a descubrir la historia biogeográfica de los dinosaurios, para ver en dónde ese originaron y cómo fueron migrando y distribuyéndose con el tiempo.Al respecto, Carballido explicó que el ejemplar de Comahue está entre los rebaquisauridos más primitivos que se habrían originado en Sudamérica, en ese momento parte del supercontinente de Gondwana. Posteriormente, hace 120 millones de años, tuvieron una expansión hacia lo que hoy es África y habrían realizado, al menos, dos eventos de dispersión a la Península ibérica.





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